Una cocina variada y platos tailandeses o chinos bien preparados para disfrutar en un restaurante romántico.
Este Mandarin existe desde hace muchos años y su reputación nunca ha fallado. Como prueba de ello: siempre está abierto y no está destrozado. Allí encontrarás tanto turistas como habitantes del barrio que aman la cocina variada y los platos tailandeses o chinos bien preparados. Desde la entrada del restaurante, nos seduce el ambiente acogedor y el entorno romántico que nos sumerge en el corazón de Asia. La carta incluye los grandes clásicos, como las vieiras salteadas con albahaca, las ensaladas de ternera picante o una gran ensalada tailandesa. En el lado chino, una bonita mención para los camarones con ajo o pimienta y las ancas de rana observadas con jengibre. Para terminar la comida, la ensalada de fruta fresca es bienvenida. Las mesas están bien separadas unas de otras, lo que aporta un poco más de importancia… Personal agradable, discreto y eficaz.
Fana, j'y retourne en plein rush le lendemain midi, déception : en prenant le même plat qui m'avait tant plu la veille (coquilles st jacques et crevettes sur plaque chauffante), il était très différent en terme de garniture et de parfum et surtout à moitié cramé au point que les ingrédients étaient difficile à décoller de la plaque et la garniture était devenue marron…
Conclusion : y aller quand c'est calme mais à éviter aux heures de pointe