L'ARBRE
Es una campiña encantadora, bonita y original, en honor al Árbol. Los puestos han invadido la acera en unos diez metros, y se bordea antes de entrar una carretilla de madera en la que florecen lavanda y hibisco, una mesa de hierro forjado en la que los pequeños olivos responden al cabañazo. Se detiene en el paso de la puerta delante de unos tréboles de cuatro hojas protegidas en regadera y los macetas de plantas carnívoros: Decididamente, habrá para todos los temperamento. Al correr la luz, se cree entrar en la cabaña de un jardinero romántico. En el interior, todo de piedras grises, el encanto constante: un gusto seguro, flores de calidad, bonitos encuentros y precios menús. El trato es perfecto: Casi se ha recuperado el paraíso perdido. Nuestra elección hace que nos volvamos una última vez hacia unas pivoinas que suben en botellas de cristal antiguo: tendrás que volver.