Una tienda que es en parte tienda de comestibles y en parte restaurante que ofrece productos caseros elaborados con productos italianos ultrafrescos.
En la cabeza de esta tienda de ultramarinos mitad-restaurante se encuentran dos apasionados de productos italianos, Sylvie Pronzato y Alexis Pottecher. Sólo hay una decena de plazas muy apretadas que se llenan todo el día en este barrio en el que no hay un reloj en el estómago. Todos son caseros, sobre el terreno, a base de productos frescos que proceden de Italia. La mix de antipasti y un plato de pasta fresca con verduras, elaboradas a partir de harinas biológicas meuladas en piedra, son suficientes para nuestra felicidad. Pero también hay peniques, lasaña, rigatoni y, por supuesto, el eterno tiramisú. Y si no se llega a casarse, siempre se puede acudir a los bocadillos que son como el resto, excelentes. Se preparan al minuto, pan largo o redondo con aceite de oliva, garnis o fiambres, queso o ensalada.