Pequeño bar de tapas con terraza en París que sirve especialidades españolas y una carta de platos ibéricos.
Un pequeño bar de tapas que no paga una mina, pero en el que se puede disfrutar de una buena velada y comer bien. El lugar es acogedor con sus mesas redondas de azulejos coloridos, sus vigas y piedra vista, su pintura con cal y sus especialidades españolas procedentes del país vasco. Aquí se viene para una noche entre amigos, bien instalados bajo los jamones y pimientos que cuelgan, pero no hay intimidad por un momento en enamorados. La terraza es agradable y la calle es bastante tranquila para saborear un vaso de sangría a cualquier hora del fin de semana. A la carta, todo un conjunto de platos ibéricos, totalmente correctos en su ejecución: croquetas de bacalao o jamón, queso frito, charcutería fondeada (lomo, chorizo, salchicha) ensalada de pulpo, fritura de eperlan… ¡Simpático! El único arrepentimiento es el servicio aleatorio…