Dirección parisina que ofrece un menú lleno de sabores a precios muy asequibles.
En la oscura y estrecha calle de las Gravilliers, la primera hazaña de Chef tailandés es ofrecer, en su primera sala, una luminosidad que ilumina inteligentemente una sala decorada con gusto -la segunda está en subsuelo, bajo unas búfalas bóvedas rehabilitadas, la cuestión no se plantea. La otra hazaña es la carta, que combina una amplia selección, platos llenos de sabores y precios realmente asequibles. Los woks, sopas, noodlos componen la mayor parte de los menús y mapas, pero la mención especial del equipo del Pequeño Futé se concede por unanimidad a los nazis tailandeses, estas pastas de arroz con cacahuetes y huevos, y que se decantan por varios sabores. ¡Un delirio!
Gave 1 star less because of the crammed seating (which is the norm but not my favourite part about restaurants in Paris)