Restaurante situado frente a la estación de metro Etienne Marcel que ofrece un plato abundante con colores locales.
Frente a la estación de metro Etienne Marcel, en el turbador barrio de los Halles, se descubre esta elegante brasserie francesa. En el exterior, los taburetes mostaza que amueblan la calle parecen cómodos, en el interior la sala es colgada y el fugaje que desprende la cocina podría explicar la razón. Aquí se hacen las cosas a la antigua: no hay redes sociales o tapas, se come un plato carmelia con colores locales en un entorno tamizado y retro. En las pizarra, el chef anuncia los enrollados de salmón en cabra fresca, un cuadrado de cordero asado y el pato en todas sus formas. Anuncios alegres que llenan las salas así que piensa bien reservar.