Dirección parisina que prepara cocina tradicional y especialidades para el almuerzo con una excelente relación calidad-precio.
En esta dirección, ya no se cierran los caballos, pero se sabe colgar el goloso de paso que tendría ganas de darse cuenta y de someterse a la belleza del lugar: vigas vistas e imponentes, paredes del siglo XVII con una bonita decoración mural, piano, chimenea, algunos objetos antiguos y un altillo. Enseguida te sentirás cómodo y se ha deseado espontáneamente pasar tiempo en la mesa, disfrutar del momento sin mirar su reloj, sin hacer preguntas. La cocina, aunque tradicional, destaca por unos ingresos algo olvidados y a precios asequibles comparados con la competencia circundante. Se recomienda encarecidamente la fórmula del mediodía, que mantiene la carretera y ofrece una de las mejores relaciones calidad-precio del distrito.
Kind tenants & service, all with a choicefull menu.
Le service est convivial, la serveuse est très sympathique et encourage à être fidèle !