Una cantina de fusión asiática de barrio en París que ofrece una cocina fresca, sensible y excelente.
Era un boui-boui asiático local, y todo lo que queda es el nombre Porque este Caballo de Oro experimentó una verdadera revolución la primavera pasada. ¿Sus iniciadores? Taku Sekine y Florent Ciccoli que, después de hacer rodar sus baches, decidieron hacer de este lugar una cita ineludible en cuanto a cantinas de fusión asiáticas. Adiós a los muebles sencillos y poco limpios, y bienvenidos al parquet, a las piedras, a la cocina abierta. Audaz, la cocina es sin duda audaz: conchas de limoncillo, espárragos y crema de sésamo, carpaccio de pescado: frescura, sensibilidad, excelencia. Lógicamente, el movimiento del mercado de lujo va de la mano con un aumento de los precios. Pero francamente, la experiencia vale la pena el desvío. Por último, una palabra de precaución: si vienes del Parque de La Villette, no consideres que, situado en la calle del mismo nombre, el restaurante se puede ganar rápidamente, es preferible que tomes el metro, porque la caminata puede ser un poco larga
Opiniones de los miembros sobre CHEVAL D'OR
Bonne ambiance, service agréable.
日本の方もいらっしゃって、優しく説明して頂きました。予約必須ですが1人なら飛び込みで入れるのかも!
Finding a gem within the wave of hotspots in Paris can be challenging. As someone who has tested most of the ‘farm to table’ restaurants, lots of trendy restaurants on the scene now all the same promise, but very few succeed in actually delivering something new and refreshing. Often they are trendy, well designed but the flavours are lacking, plates are costly yet you wonder why it’s always packed with the same people.
But my experience at Cheval D’Or exceeded my expectations! We decided to lean in blindly with the carte blanche and didn’t even read the menu. Plus we let them recommend the wine and trusted the staff completely.
Every stage had Innovative reinventions of asian classics, refined (and complex) flavours and cozy ambiance. I loved that all the dishes (and their presentations) were an experience in itself! Hats off to the reinvented pavlova with lychee ice. Innovative.
Defo deserves a Michelin Star soon.