Restaurante en París que ofrece carne, pescado, postres, una cocina atrevida, inventiva y relevante.
Jean-Marc Notelet tiene una gran pasión por las especias, condimentos, hierbas… en resumen, todo lo que puede dar una bofetada a los productos cocinados (a menudo de excepción y siempre sordos) en este restaurante con aspecto de gabinete, burgueses y cómodo. Por lo tanto, no te sorprenderá navegar por la pizarra entre gambas cajún con hinojo rallado o un velouté potimarrón naranja badiano. Luego se despertarán aún más sus papilas con carne de vacuno confit tonka bahka de Niora o una espalda de bacalao limón combawa, o una rasguña en el saloncito, guiso de calabaza curcuma y brismoso. Para terminar este festival de sensaciones, se puede tomar como postre de la piña confit pimienta larga, turbante coco. Una cocina osada, inventiva pero siempre pertinente.