JEREMIE
Dirección parisina que sirve un menú bistronómico de alta calidad.
La Passiflore ha dejado su lugar en Jeremmie, un buen gastro a dos pasos del palacio de Chaillot. El nuevo maestro es Jeremmie Tourdjman, un chico talentoso con las cocinas del Violín de Ingres y Luis XV. Demuestra aquí que está bajo el pedal y que sus inspiraciones son ilimitadas. En cuanto a los precios, juega enseguida en el patio de los grandes porque su carta es bistronómica bastante alta. Sus inspiraciones proceden del sur y sus productos locales son sin falsas notas en la selección. Todo está bien trabajado, las cocciones son justas y la presentación cuidada. Se pueden regalar ancas de rana sartén en rotura, alas de rayas asadas con jamón de países, cascos en marinera y judías blancas, así como con la codorniz real, salsifis asados con avellanas y zumos cortos. En postre: baba al ron, galleta de chocolate en neoyorquina, mont blanc helado al marrón de Aubenas, etc. La sala es sobria, elegante y moderna, con un lado minimalista.