Un restaurante con un toque exótico en un ambiente discreto y silencioso.
Es un enclave deprimente donde las mesas se articulan alrededor de la escalera que conduce a las cocinas en un ambiente discreto y acogedor, sobre todo por la noche. Madera, bambúes y espejos decorados plantan la decoración, dejando el encanto asiático. En la mesa se aprecia la sopa de pollo con leche de coco, muy original, las gambas a los 3 perfumes (litronelle, bergamota y pimienta verde fresca) con placa calentante o sellos de cebolla. En postre, el flan tailandés acompañado de sorbete de coco es perfecto. En cuanto a los vegetarianos, disponen de una carta elaborada especialmente para ellos. Una sala en el sótano con una zona de plantas verdes y una pequeña fuente es de lo más agradable en grupo.
Nous mangeons trop parfois.
C'était très bien !!!
Service très très agréable.
Je recommande vivement !