HÔTEL DE L’AVRE * * *
Acogedor hotel que se abre a un tranquilo jardín con habitaciones luminosas, acogedoras y decoradas.
El propietario Bernard Vialatte ama su hotel como su propia casa y su regalo es el placer que toman los viajeros para volver a su casa. Este pequeño hotel acogedor abre sobre un auténtico jardín, prueba de calma, donde se puede tomar el desayuno en el buen día. Las habitaciones tienen un pequeño aspecto rural refinado y renovado, muy moderno. Son muy claras, fuertes coquetas y decoradas con un gran cuidado de cuadros o grabados antiguos, lo que los personaliza. Están acompañadas de grandes cuartos de baño. Las que dan al jardín son muy tranquilas. La sala del desayuno está decorada con una bonita biblioteca y en la pared del fondo una torre Eiffel muy discreta nos vigila de toda su altura…
Le prix du petit déjeuner, 13€, n'est, de mon point de vue, pas en rapport avec ce qui est servi : rien de frais, pas de choix.
Le personnel en revanche est très agréable et l'emplacement, près du métro, mais sans nuisance, est idéal.