Un auténtico bistró de esquina, muy conocido en la zona, ofrece comidas o cenas.
Un bistró de ángulo, muy conocido en el barrio por una especialidad, los tártaros. Los Tontons Flingueurs podrían haber respondido: " Conocí a una polaca que tomó el desayuno ". A priori, no es el caso, pero a la hora del almuerzo y la cena, las Polacas como los demás no se molestan en tomar, ya sean crudos o de ida y vuelta, a la griega (fiesta, aceitunas y pimientos), del suroeste (foie gras y magret de pato) o normand (camembert, nata fresca, champiñones y calvados. ¡Porque lo que no hay que olvidar es que no se ha venido a buscar bocadillos! Por tanto, los tártaros o las hamburguesas se mezclan con el magret Rossini, el casquillo artesanal o confitado de pato, todo en un marco bistrotero ya no puede ser auténtico (anaranjado rojo, espejos y suelos) y se sirve dependiendo de la hora en el trabajo o de la cama.
Très bonne isolation intérieure, on pourrait oublier qu'on est à Paris.
Seule point négatif : l'établissement ferme le soir et on est livré à cette chose qu'on appelle "Paris".
Ps : je met un accent sur l'hygiène qui est irréprochable.