Una dirección asiática con una bienvenida encantadora y un menú sino-vietnamita.
En el barrio chino del 13 º, hay tantas direcciones asiáticas que no se sabe demasiado a qué dioses se plegan… así que se pregunta a los autóctonos o se niega un poco al azar y a veces buen picadillo. Es el caso de esta dirección. El trato es en primer lugar encantador y la decoración un poco más original que en otras partes. La carta es sino-vietnamita. Cuando te sirven un pequeño plato de caldo en lugar de un cóctel de cóctel que no se sabe demasiado a modo de aperitivo, se dice que es sin duda buena señal. Señal, en cualquier caso, de una cierta atención centrada en la elección de los productos y en la preparación. El pollo se hace granjero antes de pasar al vapor y simplemente servido con arroz tan bien cocinado que se encuentra todo el sabor. En cambio, las frituras son demasiado gruesas y el toque al salir, huele al canalla. Lástima.
Je vous déconseille. Pas propre manque hygiène.
Déjà 20 ans ce restaurant n'a pas été rénové. Est-il toujours en norme ???
le service que j'ai reçu était loin d'être à la hauteur. Le personnel semblait désintéressé et peu soucieux de la satisfaction du client. Mes demandes spécifiques ont été ignorées.
J'ai été pris de nausées intenses et ai fini par vomir, probablement en raison du repas que j'avais consommé.