Pequeño bistró local que ofrece especialidades caseras, una hamburguesa, buenos quesos y tablas para compartir.
Un pequeño bistró del barrio, revisado por Hugo, un tipo del norte que ha logrado su apuesta: convertirse en una de las grandes citas de este distrito. La sala parece haber conservado toda su araña de antaño. Todavía se imaginan las voluciones de humo que deberan unir las paredes… Nos encontramos un poco enganchados y el volumen sonoro es rápido, pero aquí lo que prima es vivir juntos, para la intimidad mejor privilegiar otra dirección de la esquina. Entre las especialidades de la casa: la hamburguesa del gato, hecha casera con el pan del panadero de enfrente, una carne de calidad y un buen queso, todo acompañado de patatas fritas. Buenas ensaladas copiosas, tablas que compartir, tártaros de buey o salmón acompañados de manzanas salteadas, una caballa rellena, muslos de pollo granjero, pequeños postres: no faltan las buenas razones para dar una vuelta al gato.
Plat du jour à 13.90, cassolette de rascasse et aile de raie à la fondue de poireau, purée de chou-fleur.