Segunda casa de París que ofrece tapas para compartir por la noche, una ensalada, verduras y tapioca de ostras.
A pocos metros del Châteaubriand, Le Dauphin, la segunda casa de Inaki Aizpitarte. La decoración, todo de mármol, ha hecho correr mucha tinta. El aspecto desenfrenado del servicio también, pero lo que pensamos es la cocina. A veces brillante, a veces aburrido, hay una dirección que hace olas. En resumen, se accede y se odia o se odia. Por nuestra parte, apreciamos la ensalada y el viejo gouda, el velouté de champiñones o el tapioca de ostras. En cuanto al hielo con leche ribota, remolacha y frambuesa, nos dejó en el trasero. Tapas por la noche divididas entre amigos… Pequeñas porciones pero bien firmadas del gran maestro del lugar. En cambio, resulta difícil entender el entusiasmo de los servidores por los vinos que proponen. ¿Son sinceros cuando dicen que son maravillosos o tan buenos vendedores? ¡Juzguen!
Nous y sommes allés plusieurs fois comme la cuisine est bonne et que le cadre a du goût.
Nous y sommes retournés et les prix n’ont plus de sens.
22€ pour de petits morceaux de lotte avec quelques feuilles d’épinards.
33€ pour un pigeon accompagné de quelques carottes quasi inexistantes.
Nous avons demandé un peu de frites pour compenser l’accompagnement mais cela a été facturé 6 euros en plus du prix du plat.
Ce supplément n’a pas été communiqué en amont.
Retour froid à mes commentaires.
Alors qu’on a toujours laissé de bons pourboires.