Restaurante de estilo bistró contemporáneo que sirve cocina de temporada centrada en los terruños franceses.
A veces se gira un poco antes de descubrir esta mesa y cuando finalmente se ve la fachada, se empieza a lamer los babines. Olivier Gaslain hizo una mesa obligada del barrio por su cocina de temporada, que rindía homenaje a las tierras francesas. Es generoso, franco del collar, perfectamente controlado y no bebedo por un céntimo. Basta observar la sonrisa de sus clientes, atados delante de una batería de bogavante ligeramente creada, una ensalada de bogavante bretón a las jóvenes verduras, un paloma asado al tomillo y fresas "Mara des bois", acompañadas de espuma de queso blanco y de un delicioso sorbete de fresas. Si no se consigue terminar su plato, el doggy bag no plantea ningún problema. La decoración es bastante sencilla porque la dirección ha adoptado un estilo bistró muy contemporáneo. En el interior, la cocina está semiabierta en la sala, así que algunos afortunados podrán admirar el equipo en acción.
Les plats sont bons.
Le service est toujours aussi bien.