Restaurante con un servicio sonriente en el distrito 11 donde podrá descubrir la verdadera cocina oriental refinada.
El hombre azul es el Targui-Touareg en plural, así llamado por el indigo de su ropa, que envuelve su piel. Durante años, éste ha alimentado con una calidad constante el hombre nómada del 11 º a pesar del precio que puede parecer elevado para algunos. Pero está justificado porque aquí se realiza una auténtica cocina oriental, refinada, orquestada por mujeres visibles desde la sala. La chorba no está grasa, la sémola del cuscús es fina y perfumada, el tajine a las diez verduras es una felicidad para los vegetarianos, las pastelerías vienen del Anillo de Kenza, las proporciones son honorables, el servicio sonriente y dispo. En cambio, las plazas vacantes son poco numerosas en las horas punta. La pequeña bodega abovedada del sótano, más bien reservada a los grupos, tiene un encanto diferente de la sala de la planta baja, abierta a la calle a buen día.
Pâtisserie délicieuse