Una dirección parisina que ofrece entrantes muy canallas revisitados, platos en la misma línea y una lista de postres.
Pintura color lavanda, parqué oscuro y paredes de briquetas, esta Bulle posee un encanto cierto que incita a cruzar la puerta - lo que hacen un buen número de habitantes del barrio y de los turistas de paso. ¡Y ninguna decepción en el plato! Como prueba, estas entradas muy canallas revisitadas: crema de butternut y castaña, pulpo a la plancha sazonada de vinagretas almejas con cítricos y estragos, ravioles de pulmón poularde Bresse y su jalea de caldo cortado, etc. Los platos juegan el mismo registro: filete de jabalí y emborrachada de col verde, pavimentado de bacalao con corteza ligera de curry rojo, ratón de cordero braseado acompañado de lentejas cítricas y granada… Calidad de los productos, justo en las asociaciones y en los sazones, bajo aires de nada,¡el lugar merece la vela! Pasaremos a la lista de postres, suculentos, para no perder más tiempo: ¡vete!
Je me replis sur l'angus et suis déçu. Viande froide, quelques pommes de terre sans accompagnement, bref !!!
Je me dis que le dessert devrait rattraper mais la aussi, la mangue n'est pas mûre !
Quand au service, un peu prétentieux.
On ne note rien et à l'arrivée cela se ressent.
Déçu