Amplio restaurante que ofrece platos tradicionales del sudeste asiático.
Antes de cruzar la puerta de entrada, una primera curiosidad: ¿Por qué "II"? Simplemente porque el número I, en el 11 º, se había vuelto demasiado estrecho, porque cada vez más los aficionados atacaban a los aficionados. Aquí los lugares son más espaciosos y la decoración está más en sintonía con la época. La cocina aquí está compuesta por platos tradicionales del sudeste asiático (Viet Nam, Tailandia, China del Sur, Malasia) y, casi única en Francia por una dirección de este tipo, todos ellos vegetarianos. Cada vez que un pez o una carne figura en el menú, se trata de proteínas de soja texturada. ¡Asombroso! Un ingrediente que se encuentra con placer en los raviolis a los "camarones", zanahoria, champiñones de oro, tortas de taro, tofu frito, olla al "pollo" caramelizado con chalote, leche de coco y jengibre o ternera con pimienta negra con pimientos, jengibre, pimientos secos, apio, zanahoria o Banh xeo (crepe vietnamita). Testigo del éxito creciente de la dirección, la fuerte afluencia del mediodía, donde es difícil moverse.
C'est dommage car le concept semblait prometteur, surtout pour moi qui suis végétarienne.
Go vegan ????
Heureusement, la cuisine rattrape quand même ces gros défauts.
Comme cela a été dit dans de nombreux autres avis, les imitations veganes de plats à base de viande sont étonnantes voire bluffantes. Mon bo Bun par exemple intégrait de fausses crevettes à base de konjac... L'illusion n'est pas loin d'être parfaite. D'autant qu'au niveau préparation tout est goûteux et bien épicé, les ingrédients semblant vraiment frais. Les desserts sont eux aussi plaisants à base de tapioca, banane ou sésame. Quant aux prix je les trouve désormais un peu excessifs. Très difficile de faire un repas entrée + plat à moins de 20 euros. L'accueil et le service restent quant à eux assez bons.