ABADÍA DE NOTRE-DAME

Esta abadía benedictina fue fundada en 1132, en la época en que Bernardo de Claraval apoyaba al papa Inocencio II, refugiado en Francia. Étienne de Senlis, obispo de París, dio su protección a la fundación, e Hildegarde de Senlis se convirtió en su primera abadesa. A lo largo de los siglos siguientes, se sucedieron cuarenta y cuatro abadesas. La abadía contaba con un ala ^{del siglo XVI}, añadidos ^{del siglo XVII} y un bello edificio principal ^{del siglo XVIII}. Todavía se puede admirar el hermoso armazón de roble del dormitorio y la puerta del refectorio, ^{del siglo XVI}.