ABBAYE DE SEPTFONTAINES
Una notable abadía en un entorno agradable, apta para la visita o la meditación espiritual, diversas animaciones.
La abadía de Septfontaines y sus alrededores forman un magnífico conjunto, perfecto para una visita o para la meditación de los más espirituales. Como todos los edificios religiosos de este tamaño, la abadía era de vital importancia no sólo para Andelot, sino también para la región, ya que las abadías simbolizaban el poder y poseían inmensas riquezas. Septfontaines fue fundada en el siglo XIII y estaba habitada y dirigida por la orden de los Prémontrés. Tenía, como hemos dicho, misiones establecidas: ofrecer hospitalidad y ayudar a los pobres. La abadía se benefició de la protección de los condes de Champaña, lo que le permitió desarrollarse. El lugar crece en tamaño y poder: la abadía da origen al pueblo de Blancheville y a la abadía de Mureau. En 1299, Philippe le Bel y su esposa convirtieron la abadía en "abadía real". Desgraciadamente, la bella abadía sufrió grandes daños durante las guerras y fue objeto de dos grandes renovaciones. Afortunadamente, en el siglo XIX, el conde Ducos compró la abadía y le dio una nueva vida, restaurándola y ampliándola. Gracias a él y a sus descendientes, hoy podemos descubrir esta maravilla. Es una visita obligada, con eventos como el "apéro casse-croûte", conciertos barrocos...