LA SALLE À MANGER
En este pueblecito, no lejos de la salida de autopista, se encuentra, alrededor de un bonito comedor, sencillo, pero con mantel y auténtico servicio, un magnífico restaurante. En apariencia, todo de una casa particular. En la terraza carmín y florida o en el interior podrá disfrutar de una cocina refinada, compuesta por productos frescos. El chef, profesional hasta el final de las cacerolas, habla con glotonería de su arte. El precio del menú no es de los más accesibles, pero es la garantía aquí de una comida de gourmet; los entrantes y los platos son de un solo precio. Puede dejarse tentar por las cabezas de setas rellenas con caracoles, por la muy renombrada cabeza de ternera... Para digerir, no dudes en pedir la Galería del Tournefou, que en un entorno burgués recibe a artistas de renombre. Y si tienes un animal, es bienvenido. En cambio, el restaurante sólo abre los sábados por la noche y los domingos a mediodía, por lo que hay que reservar. Y saber tomar el tiempo. No es un restaurante de paso, sino un restaurante en el que se deja el tiempo al tiempo.