LE CLOS SAINT-PIERRE
Antigua residencia de ancianos, esta casa tranquila de finales del siglo XIX, que linda con la casa del propietario, tiene muchos atractivos. El confort ha sido especialmente buscado tanto en lo que se refiere al ruido como al acondicionamiento interior, con un bonito mobiliario retenido y una sartén de granulados muy apreciable en el invierno. El cierre de San Pedro dispone de cuatro habitaciones (una de tres a cuatro personas), espaciosas y en nombre de manzanas, en caso de que hayas olvidado la naturaleza que te rodea. Los desayunos se sirven en la terraza, en los bonitos pasillos, cuando el tiempo lo permite, en un jardín muy bonito. El más: la propietaria Julie Barbarot siempre te recibe con una sonrisa y ha hecho todo lo posible para que cada uno se divierte (trampolina, mesa de ping-pong, piscina).