Restaurante con una decoración sobria que ofrece una veintena de cubiertos para varios platos suculentos.
Es un punto de partida para un viaje a Corea. Con sus sopas, parrilladas y otras delicias, este restaurante despertó las papilas. En una decoración sobria sin fanatismo pseudo-asiáticos, el Ichiban propone unos veinte cubiertos con mesas equipadas con un descalor integrado que suscita la curiosidad. La variedad de platos copiosos y recién cocinados satisfará a todos los palacios: tofu, buey, pollo, pero también marisco y pescado se sirven en bibibap (cocota de piedra), en fondue, en placa eléctrica o en barbacoa… Se elige su nivel de picante para evitar sorpresas sorpresas, y la sonrisa camarera estará allí para orientarte hacia el plato que te conviene.
Personnel et responsable agréable et souriant.
Nourriture excellente.
Je recommande