Qué placer estar en medio de la naturaleza o en medio de las rocas volcánicas en esta laguna de color azul lechoso. Frío en el exterior, hirviendo una vez en el agua, alcohólico (moderadamente) cerca de la zona de bar de la piscina, pero también romántico. El barro blanco cargado de sílice de la piscina es una oportunidad para hacer máscaras o masajear los pies! Allí se reúnen turistas y lugareños, charlando con toda sencillez... a los vikingos no les falta encanto y naturalidad. Así que sí, es un clásico para cualquier viaje a Islandia (la laguna azul está al lado del aeropuerto), pero ¡qué delicia!