Arte moderno Finlandia

Esta magnífica casa de los años 60, obra del arquitecto Viljo Revell, alberga un pequeño y hermoso museo privado de arte moderno y precolombino escondido en una isla frente a la costa de la bahía de Töölö. Se llega fácilmente en bicicleta o autobús, ya que la isla está unida a tierra firme por un puente. Marie-Louise y Gunnar Didrichsen acumularon tanto patrimonio artístico que tuvieron que ampliar su casa particular y convertir parte de ella en museo. Hoy se celebran aquí exposiciones de arte contemporáneo. Las exposiciones permanentes de arte precolombino se encuentran en el sótano. En el parque que rodea la casa se pueden admirar numerosas esculturas modernas, entre ellas la mayor colección de obras de Henry Moore fuera de Inglaterra. La arquitectura del museo es realmente notable. En un principio, los Didrichsen se pusieron en contacto con Alvar Aalto para que les construyera la casa, pero éste la rechazó por falta de tiempo y les recomendó a Viljo Revell como el único arquitecto capaz de construir la casa de sus sueños. El interior del museo conserva intactas algunas de las estancias de la casa. El salón, con su biblioteca de arte, encanta a la vista con su gran ventanal con vistas a los pinos y la playa de guijarros que hay debajo. El cuarto de baño, el comedor y los dormitorios sorprenden por su modestia y sencillez. En vida del matrimonio Didrichsen, este escaparate de la arquitectura racionalista ya concedía un lugar de honor a las obras de arte.

El Museo de Arte de Kuopio se encuentra en un antiguo banco y los temas principales de las colecciones y exposiciones giran en torno a artistas finlandeses de finales del siglo XIX hasta la actualidad, que han trabajado principalmente en temas relacionados con la naturaleza y el medio ambiente. Verá cómo la percepción visual y la experiencia emocional se alternan en los modos de representación de los artistas, con un impacto real de las ideologías imperantes en sus obras. Exposición temporal también.

Tampere es un museo de arte moderno relativamente pequeño pero encantador, ubicado en un magnífico edificio de ladrillo (que es también el más antiguo de este tipo en la ciudad). En el programa: varias exposiciones temporales de artistas nacionales y escandinavos premiados en concursos. Aunque las obras son a veces un poco difíciles de entender, están bien contextualizadas. También hay una tienda bien surtida. Una visita que merece la pena si se pasa por la zona.