La mayor maternidad de Francia
Según el INSEE, Mayotte, un pequeño archipiélago del océano Índico, es la mayor maternidad de Francia, con la cifra récord de 9.800 bebés nacidos de madres residentes en el territorio en 2017. Una cifra asombrosa, pero que solo abarca una pequeña parte de la realidad, ya que no tiene en cuenta los bebés nacidos de madres de islas vecinas, que son muchos. En primer lugar, la población local es joven, incluso muy joven, con una edad media de 23 años, muy lejos de los 41 años de la Francia continental. En segundo lugar, las mujeres tienen hijos más pronto, sobre todo a los veinte años, a diferencia de la media nacional, que se sitúa en la treintena. Por último, el número medio de hijos por mujer es también muy superior al del resto de Francia, con 4,7 hijos por mujer en Mayotte en 2023, frente a 1,68 en Francia.
La población se ha multiplicado por siete desde los años 50
Como consecuencia directa de esta elevada tasa de natalidad, combinada con una tasa de mortalidad en descenso, la población del archipiélago está creciendo masivamente. Las primeras cifras oficiales sobre la población de Mayotte se remontan a 1958, con 23.364 habitantes. En el censo de julio de 2007, Mayotte contaba con 186.452 habitantes, creciendo a un ritmo del +3,1% anual, un récord en Francia. El último censo data de 2017 y revela una cifra de 256.518 habitantes, es decir, un +3,8% anual desde 2012. La marca de los 300.000 habitantes se superó oficialmente el 1 de enero de 2024, pero en realidad las cifras están muy subestimadas debido a la presencia de una gran población no oficial. En 2022, nacerán 10.770 niños en Mayotte, 160 más que en 2021 (+1,5%). Otro impacto directo de estos nacimientos en un territorio delimitado por todos lados por el agua es el aumento de la densidad de población. Con una densidad de población récord de 690 habitantes por km², Mayotte se sitúa justo detrás de Île-de-France (1.010,3 habitantes por km²). Sin embargo, es Petite-Terre, la menor de las dos islas habitadas, la que presenta la mayor densidad de población, con cerca de 2.700 habitantes por km² en Dzaoudzi-Labattoir. Le siguen Mamoudzou, Tsoundzou 2, Cavani y, de forma más general, el municipio de Koungou, que han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años.
Una población bajo presión migratoria
Con su prometedor apodo de Eldorado de las Comoras, Mayotte es escenario de tragedias cada vez más frecuentes relacionadas con la inmigración masiva que pesa sobre la isla. En 2018, se estimaba que el 74% de los menores de 25 años eran indocumentados y que el 42% de la población era de origen comorano. El nuevo estatus de Mayotte, que se convirtió en departamento francés en 2011, su sistema sanitario y la educación gratuita para los niños están animando a los inmigrantes a instalarse allí. La gran mayoría son comorenses procedentes de las otras tres islas del archipiélago, ya que los vínculos económicos y familiares entre los habitantes de las distintas islas del archipiélago facilitan su acercamiento. El salario mínimo en Mayotte es diez veces superior al de las Comoras. Esta afluencia masiva está creando tensiones locales. La policía de fronteras (PAF), la gendarmería, las aduanas y la marina nacional interceptan regularmente las kwassa kwassas (embarcaciones a motor clandestinas) y detienen a los contrabandistas (el 80% de los presos de la cárcel de Majicavo son pilotos de kwassa condenados a penas de cárcel). Estas cifras no dejan de aumentar: en 2009, más de 9.000 personas fueron deportadas, frente a las 12.487 OQTF (obligación de abandonar el territorio francés) emitidas en 2018. En 2018, se interceptaron 215 kwassas, de las cuales el 20% transportaba niños y el 2% mujeres embarazadas. Por no hablar de los cientos de muertos por ahogamiento en el océano Índico durante los caóticos viajes. Sin embargo, Francia tiene la intención de endurecer su política en los próximos años, especialmente con la llegada de nuevos buques de control, al tiempo que trabaja para mejorar las condiciones de vida en las Comoras para reducir el número de personas que se marchan. Cabe señalar, sin embargo, que una nueva forma de inmigración ha ido en aumento desde 2018: los solicitantes de asilo procedentes de la región africana de los Grandes Lagos. La mayoría de estos migrantes pasan por las Comoras para llegar a Mayotte, utilizando las redes existentes. Sin embargo, esta inmigración no tiene precedentes, lo que abre nuevos debates y desafíos para Francia.
Una población en movimiento
Aunque la forma más notoria de migración es, por supuesto, hacia Mayotte, también existe una diáspora considerable desde la isla. Se calcula que unas 25.000 personas se marcharon a la Francia continental o a Reunión entre 2012 y 2017 (cifras del INSEE), la mayoría jóvenes menores de 30 años que se desplazan para estudiar o encontrar trabajo. El grupo de edad de 15 a 24 años ha registrado más salidas que llegadas, y la mayoría son hombres.
Una población multilingüe
La lengua materna de los mahorais puede ser el comorano o el malgache con shibushi. Las aldeas suelen tener su propia lengua, pero hay combinaciones lingüísticas en un tercio de ellas y un dialecto bantú o malgache en el resto. Los que hablan malgache suelen hablar muy bien el comorano o el shimaoré, que deriva del swahili (África oriental). Con la expansión del Islam, el árabe no está presente como lengua de comunicación (salvo para los sirios presentes), sino para los estudios coránicos y la lectura de textos sagrados. El francés no es la lengua materna de los isleños; es la lengua de los "M'zungus" (blancos), la mayoría de los cuales no habla ninguno de los dialectos de la isla. Esta complejidad lingüística agranda a menudo las diferencias en la escuela, donde el francés es la única lengua de enseñanza, aunque no sea la lengua de muchos alumnos, y en el mundo laboral. A finales de 2018 y principios de 2019 se celebraron mesas redondas sobre Shimaoré y Shibushi (o Kibushi). Se debatieron las cuestiones de la lengua como parte de la identidad del pueblo de Mayotte y la ortografía que debe adoptarse para transcribir sonidos que no existen en la lengua francesa. Mayotte ha puesto en marcha un fuerte proceso de transmisión y protección de su patrimonio cultural inmaterial, que sin duda traerá cambios.