Cementerios para visitar Polonia

El cementerio judío (el mayor de Europa) ocupa 14 hectáreas y alberga unas 180.000 lápidas. Fundado y consagrado en 1892, escapó a las exacciones y los daños de la guerra. Algunas de las tumbas son obras maestras de la arquitectura, mientras que partes del cementerio han sido abandonadas, lo que crea una atmósfera única. Junto a él se encuentra el campo del gueto, donde están enterradas unas 45.000 víctimas de los nazis, entre ellas 800 judíos obligados a cavar sus propias tumbas.

Construido en 1856, es el único cementerio judío de antes de la guerra que se ha conservado en su totalidad. La conservación de monumentos, edificios y lugares de culto sigue siendo milagrosa en Polonia. Tras la ocupación nazi, muchos fueron destruidos. Este cementerio es un ejemplo excepcional del arte funerario ^{del siglo XIX}. Rara vez visitado, impone una atmósfera melancólica, donde la soledad acompaña a las hermosas lápidas judías, medio cubiertas de maleza alta debido a la falta de una comunidad judía lo bastante numerosa para mantenerlo.

Este cementerio sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y no sufrió demasiados daños por parte de los nazis. Data del siglo XIX y está bastante bien mantenida, lo que es otra rareza en Polonia desde la guerra. Contiene unas 1.500 tumbas. También hay un monumento al Holocausto, en recuerdo de la gran comunidad judía de Katowice que desapareció en su totalidad en abril de 1941, siendo deportados todos los judíos que vivían allí, más de 8.300.

Situado en la cima de una colina y completamente abandonado desde que los últimos supervivientes del Holocausto abandonaron la zona, podrá ver hermosas tumbas, algunas del siglo XVII. El cementerio judío de Szczebrzeszyn se creó a finales del siglo XV. Hasta la fecha se han conservado unas 400 matzevot visibles, la más antigua de las cuales data de 1545. A principios de 2021 se creó la Coalición de Custodios de Cementerios Judíos de Polonia, que asumió la responsabilidad de restaurar y mantener el cementerio de Szczebrzeszyn. La visita es rápida.

Dada la historia de la ciudad, estrechamente vinculada a la expansión del judaísmo en Europa, no es tan sorprendente descubrir que es una de las más grandes de Polonia. Como ocurrió a menudo durante el Holocausto, que también incluyó la destrucción del patrimonio judío, el cementerio fue vandalizado y destruido en gran parte por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad se conservan unas 3.000 tumbas, la mayoría del siglo XIX.