Los mejores alojamientos Uganda

The Nile Porch es sin duda la dirección más chic del sitio de Bujagali. Vista panorámica del Nilo, vegetación y fauna (monos, loros...) son algunos de los atractivos de este establecimiento con agradables alojamientos. Piscina gratuita y conexión a Internet. Buena relación calidad-precio. El restaurante The Black Lantern también es una maravilla.

El excelente trato y las vistas panorámicas del lago Nyabikere («el lago de las ranas») -frecuentado por los pescadores y sus barcos tradicionales, por pelícanos e incluso por un hipopótamo- compensan el aspecto tristón de las habitaciones y del bar-restaurante. La summer guesthouse, que dispone de dos habitaciones, se encuentra a 400 metros de los edificios principales (acceso en coche o en barco). Ubicado a lo largo de la carretera que va de Fort Portal a Kibale Forest, este establecimiento ofrece actividades como la popular caminata hasta el Top of the World, un promontorio desde el que se pueden ver tres lagos de cráter (20 $). Venta de artesanía.

Este hotel, situado a tocar del campo de golf, sufre un poco de gigantismo, con sus 269 habitaciones y cuatro restaurantes. En consecuencia, la amabilidad del personal, la gran piscina, el equipamiento de las habitaciones (TV, frigorífico, aire acondicionado...) y la sonrisa del Aga Khan IV en el inconfundible retrato del vestíbulo de la entrada, no pueden impedir que el establecimiento sea algo frío. Disponen de un gimnasio y una sauna.

Aferrado a la ladera, el Ojo de Halcón (cuyo nombre no está en absoluto usurpado) domina la localidad de Rutinda y la bahía que la baña. El Ojo de Halcón, al que se accede por un camino empinado, cuenta con una hilera de hamacas para relajarse mientras se disfruta de las vistas, cabañas y tiendas de safari limpias y despejadas, y una pequeña piscina de doce lados. El camping es agradable y el personal del albergue puede alquilarte una tienda de campaña si es necesario. El personal organiza muchas actividades. La comida es pasable.

Dirigido por un francés, este pequeño hotel huele a Francia. En la recepción, las paredes, como si de un museo se tratase, están decoradas con reproducciones de obras de Renoir y Toulouse-Lautrec. Las habitaciones, que disponen de una pequeña terraza exterior, llevan el nombre de artistas franceses (Bourvil, Aznavour...). Un pequeño jardín, donde está instalada una piscina liliputiense, da acceso a los alojamientos espaciosos, limpios y de colores cálidos. Frente al hotel se encuentra el restaurante, famoso por su bodega. Perfecto para una estancia romántica.

Una buena opción para aquellos que quieran relajarse sin arruinarse. Este hotel ofrece algunas habitaciones agradables, así como pequeñas cabañas instaladas en un exuberante jardín. Sirven una buena cocina y el trato del personal es cálido y amable.

Para aquellos que deseen dormir en el centro de la ciudad sin arruinarse, el hotel Jeliza ofrece habitaciones sencillas pero limpias, equipadas con TV, mosquitera y baño. Wifi gratuito en la recepción. Posibilidad de cena a bajo coste. Buena relación calidad-precio para presupuestos pequeños. Aparcamiento gratuito.

Este hotel cuenta con habitaciones amplias, luminosas, confortables y totalmente equipadas (aire acondicionado, TV vía satélite, minibar, caja fuerte, etc.). Algunas incluso disponen de un pequeño y agradable balcón con vistas al campo de golf. El desayuno, en forma de bufé, se sirve en la gran sala de la planta baja. El Métropole también tiene un gimnasio y dos restaurantes. Recibimiento con una sonrisa y un excelente servicio. Wifi.

Situado a unos cuatro kilómetros al sur del centro de la ciudad, no lejos de la carretera que conduce a la frontera con Tanzania, este campamentoes muy popular entre los voluntarios y los grupos de jóvenes ugandeses. El lugar es relajante pero sin ningún encanto particular.

Las cuarenta habitaciones del Vienna, desgastadas y a veces ruidosas, están limpias y equipadas con televisión, mosquitera y baño. Cabe la posibilidad de comer en el pequeño restaurante de la planta baja.

Situado sobre una cresta desde la que se disfruta de unas magníficas vistas hacia el bosque y las tierras de cultivo circundantes, este nuevo ecolodge (inaugurado en 2018) se encuentra a menos de tres kilómetros de las instalaciones de la UWA, desde donde usted comenzará la caminata para el seguimiento de los gorilas. El establecimiento, que puede albergar a campistas, cuenta con bandas con balcón, cabañas y dos «nidos» que dominan el lugar. Las habitaciones, equipadas y cuidadas, las sillas de madera tallada alrededor de la chimenea, donde una fogata cruje por la noche, y el trato sonriente del personal, son buenos argumentos para descubrir el Agandi.

Entre dos paredes. Desde su terraza, efectivamente, se apoyará en la pared de su habitación y estará de cara a la pared verde. De este océano viril surgen a veces búfalos, elefantes, chimpancés, duiqueros o incluso gorilas, el Santo Grial... Las habitaciones, sencillas y limpias, están colgadas en la ladera de una colina cuya cima está coronada por un bar-restaurante. Aquí, puedes escapar de las frías tardes acomodándote cerca del hogar. En esta sala, en la que se come bien, hay algunas obras zoológicas.

Fundado en 2017 por una australiana, Yoly Phillips, el campamento Karungi es popular entre muchos viajeros. ¿Por qué es tan popular? Por la interacción que permite con los habitantes de Rubuguri, por su equipo, por sus habitaciones sobrias, limpias, equipadas y -comparadas con las tarifas que se cobran en las afueras del parque- económicas, por su ventajosa ubicación para quienes deseen descubrir la belleza de la región y dedicarse al rastreo de gorilas (el punto de partida del rastreo en Rushaga se encuentra a 8 km) y, por último, por las actividades que ofrece.

En el lado positivo: tarifas relativamente asequibles para los mochileros que deseen dormir cerca del parque, una excelente ubicación (al borde del sendero que lleva a Nkuringo y a sus oficinas de la UWA, situadas a 4 km), así como impresionantes vistas de la selva desde las cabañas y el restaurante. En la otra cara de la moneda: comidas caras, disfunciones recurrentes en las habitaciones y, en cuanto a las múltiples actividades que se ofrecen, problemas de organización y precios a veces excesivos...

Aislado en el extremo este de la bahía, el Victoria Forest Resort está enclavado entre una playa de arena blanca y un bosquecillo. Las habitaciones están distribuidas en bungalós y en edificios construidos en dos niveles. Algunos de ellos, a pesar de su limpieza, son pequeños y están poco decorados, lo que los hace bastante caros en relación a la comodidad que ofrecen. Posibilidad de acampar. Amplia sala de restaurante sin calefacción. Las actividades incluyen: piragüismo en las aguas de la bahía, nadar en la piscina y relajarse bajo la choza de paja construida en la playa.

Plantado en medio de eucaliptos, en una península montañosa donde predomina la agricultura, el campamento Edirisa ("ventana" en chiga) hará las delicias de los mochileros. El dormitorio, la cabaña y la casa familiar son sencillos pero muy limpios y están equipados con mosquiteras. Las duchas al aire libre y las cabinas de madera, que hacen las veces de aseos, nunca están lejos. Las comidas (incluido el desayuno a 8.000 Ush) son de excelente factura. Destaca también el acceso gratuito al wifi, las canoas del establecimiento y la inverosímil piscina. Precios modestos y una buena acogida

Aunque rudimentarias, las habitaciones del Fort Coleb disponen cada una de baño y mosquitera. El establecimiento está situado en la misma parcela que el Café Havana, en el tranquilo barrio de Kakyeka.

Situado a tocar del parque, cerca de la carretera nacional y del desfiladero de los chimpanzés de Kyambura, este establecimiento gemelo del Kingfisher Safaris Resort (en Jinja) fue ampliado hace unos años con 24 cabañas redondas con techos de paja. El conjunto es agradable pero las cabañas están, por desgracia, apelotonadas una encima de la otra. Además, aquí podrá disfrutar de una pequeña piscina, un agradable jardín y unas magníficas vistas del Valle del Rift, que se obtienen, sobre todo, desde la terraza con vistas al restaurante. Posibilidad de acampar. Tienda de recuerdos.

Con sus veintiséis habitaciones independientes (TV, conexión a Internet, mosquitero, baño, ventilador o aire acondicionado, etc.), limpias sin ser lujosas, el Nido de Paloma es una opción adecuada para cualquiera que pretenda pasar una o más noches en Gulu. El hotel también tiene un acogedor bar (restaurado en 2020) y un restaurante de algún tipo en la planta baja del edificio principal en su tranquilo terreno amurallado. Es posible llegar al centro de la ciudad en aproximadamente 15 minutos a pie.

Este encantador establecimiento ocupa una antigua casa colonial de la década de 1940, bellamente restaurada. Es imprescindible reservar porque The Boma está muy solicitado. La piscina y varios quioscos, que forman parte de un entorno verde compuesto por palmeras y bambúes, decoran el patio del hotel. El interior, que combina las influencias étnicas y coloniales con el confort moderno, está muy bien diseñado. Las habitaciones son agradables y están bien equipadas. Su pequeño restaurante tiene una excelente reputación. Los amantes de los libros también podrán disfrutar de su pasión, ya que hay una pequeña biblioteca a disposición de los clientes.

Situado a menos de mil metros del punto de partida de los senderos embarrados y las calas resbaladizas hacia la selva, el Gorilla Safari Lodge es un establecimiento encantador. Aquí encontrará un agradable salón-restaurantey chalets no menos atractivos. Estas últimas están debidamente equipadas (balcón de madera, mosquiteras, caja fuerte, cuarto de ducha e incluso, en algunas, chimenea...) y, en la mayoría de los casos, son coloridas. El alojamiento ofrece la posibilidad de recorrer los alrededores a pie o en bicicleta. Buena recepción.

No muy lejos del campo de golf, este pequeño hotel cuenta con habitaciones sin ostentaciones, limpias y funcionales, y un restaurante. Buena relación calidad-precio.

Este hostal está idealmente situado Acacia Avenue, cerca de excelentes restaurantes y a un paso de varios lugares importantes de la vida nocturna de Kampala. El Bushpig dispone de dormitorios compartidos de cuatro camas en la primera planta, con un baño común (duchas, WC) funcional fuera de las habitaciones. Las dos plantas superiores albergan las habitaciones de categorías superiores. En la planta baja, además del bar-restaurante y la recepción, hay una taquilla para equipajes, una sala de televisión y dos pequeños espacios —equipados con banquetas y cojines— donde es agradable navegar por la red.

Yellow Haven es sin duda una de las mejores direcciones de Kampala. Con una excelente relación calidad/precio teniendo en cuenta su situación a orillas del lago Victoria, donde abundan los papiros y croan las ranas, y el muy buen estado de sus infraestructuras (habitaciones, sauna...), este remanso de paz es propiedad de los simpáticos Ronald y Joan. Durante el día, podrá desahogarse con las numerosas actividades que organiza Yellow Haven (cicloturismo con circuitos de 28 y 40 km al otro lado de la bahía, senderismo, visitas a la capital y clases de cocina tradicional ugandesa todos los sábados de 9 a 15 h, que incluye la compra de los ingredientes en el mercado de Ggaba) y luego relajarse al final del día en la piscina y en la sauna o permitirse un momento de relax en las pequeñas cabañas donde trabajan las masajistas ugandesas. Por la noche, después de la cena en las mesas dispuestas sobre el césped verde, puede leer un rato antes de volver a su estancia: la casa entre los árboles (The Crown) con vistas al lago y los pájaros gorjeando en el dosel del bosque, la habitación económica situada en la «torre» (The Tower) o uno de los confortables apartamentos.

Este motel, ideal para parar a almorzar, cuenta con amplias habitaciones con televisión, baño limpio y mosquitera. El Skyblue, justo enfrente, también ofrece la posibilidad de dormir en bandas.

Inaugurado en 2001, por este hotel bien cuidado no pasa el tiempo. Situado, por una vez, pero no se acostumbre, al oeste del centro de la ciudad, a 300 metros de la carretera nacional que conduce a Jinja, cuenta con agradables habitaciones, muchas de las cuales dan a la bonita piscina del patio. Un fitness center y la organización de excursiones a las cascadas de Sipi hacen que la estancia sea aún más agradable. Buen recibimiento.

Este es sin duda el lugar más popular de Mbale para los voluntarios bazungu. Las habitaciones, repartidas a ambos lados de un espacio central cubierto de ambiente tranquilo, no se distinguen por su decoración, salvo las más caras. No obstante, todas cuentas con su propio baño y mosquitero. ¿Lo mejor de la Casa? Sin duda, la terraza en la azotea, un lugar agradable donde tomar una copa. También organizan safaris (Kidepo, Queen Elizabeth, Cataratas Murchison...), en este caso por la Casa Uganda Safaris, cuya oficina de información y reservas se encuentra en la recepción.

El motel Suba es una excelente alternativa para quienes, con un presupuesto ajustado, desean visitar la zona de Ishasha sin arruinarse y sin la presencia de felinos alrededor de su tienda de campaña. Situado en Kihihi, a unos diez kilómetros de la pista que une el puesto fronterizo de Ishasha con Katunguru, este hotel sin pretensiones dispone de habitaciones pequeñas, limpias y equipadas (WC, ducha, mosquitera, ventilador...), y ofrece un generoso desayuno. También pueden prepararle la cena, pero solo previo encargo. Una opción práctica no lejos de los sicomoros tan apreciados por los leones locales...

Parkview. Inaugurado en 2015, este establecimiento domina la llanura por la que se extiende el parque. Grandes y agradables cabañas circulares, cada una de las cuales lleva el nombre de un ilustre líder africano (Lumumba, Nyerere, Nkrumah...), habitaciones instaladas sobre vertiginosos pilotis y habitaciones económicasequipadas conforman la parte de alojamiento del lodge. Para el relax tendrá disponible una piscina, sauna y servicio de masajes. Se come bajo una gran cabaña de paja donde la televisión difunde las últimas noticias y las frutas frescas del jardín ayudan a pasar el rato... Trato excelente.

Diametralmente opuesto, geográfica y económicamente, al Chameleon Hill Lodge, el Mutanda Eco Community Centre ofrece una opción de alojamiento de bajo coste a orillas del lago. Las habitaciones son muy rudimentarias pero el entorno merece una visita. Una choza de paja que sirve de bar-restaurante y una plataforma panorámica que se eleva unos diez metros por encima de la orilla completan el conjunto. El lugar es muy popular entre la población local, que acude aquí los fines de semana y los días festivos. Se trata de una instalación comunitaria adaptada a los presupuestos más reducidos.

¿Palacio? A la vista de los dos edificios que componen este establecimiento, el nombre es un tanto hiperbólico, o incluso presuntuoso. El edificio, un poco anticuado, que alberga la recepción, dispone de algunas habitaciones equipadas (TV, ducha, WC, ventilador, frigorífico), pero sin encanto. El segundo edificio es más reciente y sus habitaciones tienen balcón; por tanto, mejor escoger este último. Lo destacable del Nile Anchor es sin duda su agradable jardín, con mesas y un balancín bajo las palmeras. Buen recibimiento.

Con sus salones de peluquería y tatuajes, el hotel Al-Nisaa está idealmente situado en el corazón de la ciudad. Las habitaciones están limpias y equipadas con TV, ventilador, nevera y baño; las más lujosas también disponen de caja fuerte y servicio de té. Las que dan a la calle son un poco ruidosas, pero dentro de límites razonables. Buen recibimiento.

Con sus 130 habitaciones limpias y equipadas, pero muy simples, el gran edificio del Brisk no despierta un entusiasmo excesivo. Muchas habitaciones dan al lago Victoria y sus piscifactorías (cría de tilapias). El hotel está flanqueado por una bonita piscina, acompañada por una música ensordecedora durante el fin de semana.

Las habitaciones sin pretensiones de este establecimiento son limpias y funcionales, se lo decimos con franqueza. Pequeño restaurante en la planta baja. Buen trato.

Un bar con mesa de billar, un gimnasio,una piscina al aire libre, un hermoso jardín, habitaciones muy limpias y un personal muy amable. Situado en un barrio tranquilo, el Cepha's Inn es sin duda uno de los mejores establecimientos de Kabale.

Un patio interior controla el acceso a las bien cuidadas y bien equipadas habitaciones del Sandton, un hotel situado en el corazón de la ciudad. Se puede tomar una copa en la tranquilidad del patio. Trato agradable.

Situado desde 2014 entre los lagos Lyantonde y Kifuruka, el Papaya Lake Lodge es un lugar encantador. Las vistas de los glaciares de las montañas Rwenzori con los lagos debajo son magníficas, así como las nueve confortables y sobriamente decoradas cabañas. Desde su habitación, podrá ir al restaurante y a la piscina a través de agradables senderos sombreados. El bar-restaurante, con su chimenea, su decoración de cestería y sus sillones con cojines de cebra, es un verdadero acierto. ¡Un establecimiento que merece la pena conocer!

Situado en una zona tranquila, este establecimiento cuenta con siete tiendas de safari recién levantadas. Debidamente equipadas (porche, baño), están adosadas a una guesthouse con habitaciones básicas pero funcionales. Una pequeña terraza cubierta permite disfrutar del desayuno en paz y tranquilidad. Excelente trato.

Esta pequeña guesthouse situada frente a la base de la ONU dispone de habitaciones sencillas pero limpias, equipadas (TV, aire acondicionado, nevera, aseo...) y funcionales. La recepción es encantadora y la ubicación es práctica, a tres kilómetros del aeropuerto internacional.

Esta estructura ofrece agradables habitaciones con vistas al lago, un pontón para tomar el sol, salidas de senderismo y deportes acuáticos (piragüismo, caminatas en grupo...), así como un restaurante en el que podrá comer cangrejos de río y otros productos frescos de la zona. Buen trato.

Este establecimiento, situado al borde del bosque, tiene más de una ventaja a destacar: cabañas muy confortables en medio de un bello entorno verde (apreciado por los babuinos), uso de energías renovables, un agradable restaurante-salón bajo una gran cabaña de paja, un personal atento y una excelente ubicación en la carretera nacional entre Bigodi y Kanyanchu. ¡Una buena opción!

Sobre el papel, el Bomah tiene todo para complacer: una piscina, un health club, un restaurante-bar y habitaciones equipadas (TV, ventilador, baño...). Sin embargo, hay un problema: los edificios, especialmente los dormitorios, están mal mantenidos. Muchas paredes están agrietadas y falta pintura. Buen trato, en cambio.

Situado a unos cinco kilómetros del embarcadero de Paraa, en la orilla izquierda del Nilo, el Twiga (la jirafa, en suajili) abrió sus puertas en 2017. Sus ocho tiendas safari, erigidas sobre plataformas y protegidas con techos de paja, son muy cómodas. Disponen de una terraza desde la que se pueden admirar las concentraciones de papiros a lo largo del río y el ir y venir de los hipopótamos, así como de un gran cuarto de baño y una ropa de cama muy limpia. Situado bajo una gran cabaña, el bar-restaurante permite observar la orilla opuesta del Nilo, donde los elefantes acuden regularmente a beber en la estación seca. Tienen prevista la construcción, en breve, de una piscina y de un muelle para poder ofrecer excursiones por el río. El trato es excelente.

Situada frente al jardín botánico, Precious Guesthouse se distingue por las paredes exteriores de sus ocho habitaciones, enlucidas y pintadas en color fucsia, y por sus pérgolas floridas. El interior de los apartamentos es bastante sobrio pero muy limpio. Tiene un bar en el jardín y un restaurante con vistas a la calle. El chef prepara buenos platos a base de productos locales frescos, como la tilapia.

Un pequeño y encantador albergue con ocho habitaciones y hermosas vistas de los alrededores. Enclavado en lo alto de la carretera, es fácilmente reconocible por sus fachadas verdes. Las habitaciones tienen bonitas camas con dosel de madera local y pequeñas terrazas. Están equipadas con baño privado. El conjunto es sencillo y cómodo. Por la noche, podrá disfrutar de la sencilla cocina local alrededor del fuego y en el restaurante. Una buena dirección

Llegando desde Kabale, no deje de ver, 5 km antes de las oficinas de la UWA en Ruhija, la señal que indica el camino hacia el Broadbill Forest Camp (situado a 1,5 km de la bifurcación). Situado entre tierras de labranza y bosques, este campamento aislado merece la pena por sus sencillas pero cuidadas tiendas de safari, sus comidas caseras elaboradas con frutas y verduras frescas, un jardín popular con camaleones, mariposas, primates y pájaros de hermosos plumajes, vistas espectaculares y, por último pero no menos importante, un equipo sonriente y bien informado de observadores de aves