Auténtica y rebelde, Botsuana es uno de los reinos más salvajes del continente africano. Cada día, los visitantes privilegiados disfrutan del espectáculo de una naturaleza frágil que cuenta con una flora y una fauna excepcionales

¡El asalto a la naturaleza!

A pesar de su relativa llanura, Botsuana es también un país de contrastes y sorpresas. Las colinas de Tsodilo contienen algunas de las pinturas rupestres más bellas del mundo. Las salinas del centro de Botsuana -Sowa, Makgadikgadi, Nxai y Ntwetwe- ofrecen unos paisajes vacíos que quitan el aliento y en los que la vista no encuentra absolutamente nada en el horizonte. La región del bloque de Tuli es muy accidentada, con sus caóticas rocas ocres y anaranjadas. Los suaves paisajes del semidesierto del Kalahari invitan al descanso, las llanuras del río Chobe sumergen al viajero en las clásicas imágenes del África salvaje, a sólo unas decenas de kilómetros de las cataratas Victoria del río Zambeze. Por último, el Delta del Okavango despliega sus paisajes tan grandiosos como frágiles en el laberinto de canales del mítico río.

Por encima de todo, Botsuana es sin duda un gran destino de safari. La vida salvaje es el rey aquí y los espectáculos de la fauna son comparables a los de pocos países. La inmensidad de los territorios naturales, con sus variados paisajes, permite al viajero sumergirse por completo y abrir bien sus sentidos. La bajísima densidad de población del país (unos 3 habitantes por kilómetro cuadrado) y la política de bajo volumen turístico garantizan una observación privilegiada de la fauna. Aquí, es posible que no vea otro vehículo en todo el día en las distintas reservas de caza del país. El Delta del Okavango, Moremi, Chobe, Makgadikgadi, Kalahari Central o Tuli Block son verdaderos monumentos de la naturaleza africana.

Magníficos parques nacionales

Casi el 40% de la superficie del país se dedica a la conservación del patrimonio natural. Los cuatro parques nacionales y las reservas y áreas de gestión protegidas ofrecen paisajes contrastados, cuya inmensidad los convierte en un destino de primer orden para los amantes de la naturaleza. El delta del Okavango, uno de los más grandes de África, sigue siendo un santuario de naturaleza virgen. Con más de 18.000metros cuadrados, ofrece el espectáculo de un colorido mosaico de pantanos, islotes que aparecen de la nada y canales bordeados de juncos y papiros. Este laberinto verde rodeado de aguas cristalinas traza las huellas de los paquidermos que han venido a refrescarse durante su migración y lo convierte en uno de los campos de juego favoritos de los mayores depredadores. La Reserva de Caza de Moremi hará las delicias de los viajeros en autocaravana. Las áridas llanuras frecuentadas por leones y leopardos dan paso a bosques de acacias y mopanes. El Parque de Chobe, que alberga la mayor concentración de elefantes del mundo, es una visita obligada. Sigue siendo uno de los parques más accesibles del mundo y cuenta con una fauna extremadamente diversa. Un poco más al sur, un sol abrasador inunda las interminables extensiones del Kalahari. Este desierto ocupa más de la mitad del territorio y se extiende a los países vecinos. Por último, en el extremo oriental del país, el bloque de Tuli, en la encrucijada de las fronteras, revela los paisajes resplandecientes de un salvaje oeste africano.

Una multitud de actividades

Esta increíble fauna, flora y paisaje es un recordatorio constante para los viajeros que quieren acercarse a ella de todas las formas posibles. Botsuana permite esta multitud de acercamientos, en coche(game drive, de día y de noche), a pie, en avión, en helicóptero, en lancha, en mokoro, a caballo, en bicicleta e incluso bajo la protección de un simpático elefante Todo está hecho para aprovechar al máximo este espacio natural.

Si el turista busca aventura, en Botsuana la encontrará tanto en la propia naturaleza como en el encuentro con sus gentes

Encuentro con las culturas

Aunque la vida salvaje es la estrella de este destino, el viajero curioso disfrutará descubriendo las múltiples facetas de la cultura de Botsuana. Ahora es posible visitar un pueblo Bayei en el Okavango o un pueblo Basubiya en el Chobe, conocer a un grupo San a través de un intérprete multilingüe o descubrir las culturas Tswana. La diversidad de costumbres y pueblos es un activo cada vez más explotado por la industria turística.

Los habitantes de Botsuana son étnicamente diversos, pero ahora están bien integrados, formando un pueblo orgulloso y unido. Esto explica que no haya mendicidad, ni siquiera en los pueblos desfavorecidos. Además, si los batsuanos no son extrovertidos como algunos pueblos de África Occidental, el viajero de mente abierta recibirá cálidos saludos y sonrisas en cada encuentro. Los niños son siempre acogedores y responden fácilmente a las señales de mano del viajero que pasa.

Artesanía afilada

Botsuana no cuenta con una gran diversidad de artesanía, pero sus especificidades son llevadas al nivel de la excelencia. Es el caso de la cestería, que practican las mujeres en todo el país y en particular en Ngamiland. Las cestas, redondas o planas, cerradas o abiertas, siempre finamente decoradas, son magníficas piezas decorativas. Las artes san también están bien representadas en la región de Ghanzi. Sus collares y pulseras de cuero y cáscaras de huevo de avestruz son de la máxima elegancia.

Un destino seguro y confortable

Mientras que África puede asustar a veces a los viajeros por su inestabilidad política o su extrema pobreza, Botsuana es todo lo contrario a esta imagen del continente. El país es económicamente próspero y la mendicidad es casi inexistente. La democracia está arraigada en el modo de vida tradicional del pueblo de Botsuana, que puede estar orgulloso de vivir en el país más pacífico y seguro del mundo. Si el país cuenta con un extraordinario patrimonio natural, su historia, tanto cultural como política, no es menos impresionante: desde su independencia en 1966, el país nunca ha sufrido una guerra y gobierna democráticamente un territorio con múltiples orígenes tribales.

Viajar a Botsuana es también una experiencia cómoda, tanto si se acampa como si se aloja en hoteles. El arte de acampar se ha perfeccionado y hasta los más reacios se convertirán a él. Como la cultura culinaria en Botsuana no está muy desarrollada, las comidas son principalmente de influencia europea y bastante sabrosas. Es un destino ideal para una primera experiencia africana, un viaje que debe considerarse con tranquilidad.

Ecoturismo, conservación y desarrollo

Viajar a Botsuana es, ante todo, disfrutar, sumergirse en una naturaleza espectacular y enriquecerse conociendo a sus gentes. De este modo, el viajero participa en la conservación de esta fauna y flora, que de otro modo estaría en peligro, y contribuye al desarrollo de las comunidades del pueblo. Botsuana cuenta con un amplio programa para proteger la naturaleza y dirigir los beneficios del ecoturismo a las comunidades más desfavorecidas. Al visitar las reservas naturales del país, los viajeros contribuyen al dinamismo de su tercer sector económico y animan cada vez más a sus habitantes a proteger y mejorar este patrimonio natural y cultural.

En la actualidad, Botsuana se enfrenta a un gran reto: preservar a los bosquimanos, que siguen siendo los protagonistas de esta naturaleza en bruto que la convierte en un destino extraordinario.

Información útil

¿Cuándo es? No hay una temporada real para visitar Botsuana. Todo depende de tus intereses. Cada temporada ofrece diferentes espectáculos de fauna y flora. Sin embargo, no todas las zonas pueden visitarse durante todo el año. Para el turismo cultural y en los principales centros turísticos, todas las estaciones son satisfactorias

Cómo llegar. El precio de un vuelo de París a Gaborone varía entre 900 y 1.600 euros

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