Filipinas

Entre las impresionantes vistas de los arrozales y la hospitalidad de Denwil, Joel y su familia, Bogah Lodge parece un pequeño paraíso. Bogah significa "arroz" en ifugao. La comida es muy buena, los anfitriones también hacen de guías (¡de gran calidad!) para organizar tus días. Aquí no hay aspavientos, las habitaciones son básicas y cálidas, el ambiente es como el de una gran familia, y es fácil charlar con los demás viajeros en la gran terraza. Por debajo corre un pequeño riachuelo, muy relajante. Nuestra dirección favorita en Banaue.

Enclavadas en un entorno verde, estas magníficas cabañas de bambú con terraza y cuarto de baño combinan el encanto de un alojamiento atípico con el confort y la practicidad (agua caliente y aire acondicionado). Frank y Dani estarán encantados de recibirle en su paraíso escondido. El restaurante sirve platos filipinos y occidentales de notable calidad (¡y cantidad!), todos caseros y absolutamente deliciosos. Como ventaja añadida, la puesta de sol sobre la playa de Bakhaw está a sólo unos metros. Excelente relación calidad-precio. Nuestro favorito es Hidden Huts

Si quieres vivir la experiencia de dormir en una casa nativa, el hábitat tradicional de los pueblos ifugao, ¡este es tu sitio! Hay varias cabañas, cada una con su propio cuarto de baño y unas vistas impresionantes. Los propietarios son muy serviciales y pueden organizar todas tus excursiones a los arrozales de los alrededores. Por las mañanas sirven el desayuno, y la guinda del pastel: puedes pedir que enciendan una hoguera delante de tu cabaña.

En el corazón del pueblo de Batad, una encantadora pensión con habitaciones básicas pero cómodas e instalaciones sanitarias decentes (no siempre agua caliente, pero como en todas partes en Batad). La comida es muy buena (recomendamos el chopsuey de verduras con arroz local, por supuesto) y la vista desde la terraza de arriba es simplemente increíble. No dudes en parar allí sólo para comer. Como extra, puedes visitar una casa na tiva e incluso hacer tu propio arroz, ¡una gran experiencia!

Este establecimiento tan original domina los arrozales de Hapao, a pocos kilómetros de Banaue, y ofrece unas vistas impresionantes. Las cabañas son muy sencillas pero acogedoras y los baños comunes están bien cuidados y limpios. Se respira un buen ambiente internacional. Los propietarios, Graham y Monina, son muy acogedores y apreciados. En el restaurante se puede disfrutar de un desayuno continental por la mañana y de una muy buena cocina el resto del día. Una buena dirección, un poco alejada de Banaue para cambiar de aires.