Los mejores museos Lituania

Esta joya descansa apaciblemente en su pequeño islote, en el corazón del lago Galvé. Una pasarela permite acceder desde la orilla. Construido en ladrillo rojo, el castillo se edificó en varias fases desde finales del siglo ^XIV, pero la ampliación más importante se llevó a cabo bajo el Gran Duque Vytautas, que lo convirtió en su residencia (y fue aquí donde murió). Fue parcialmente destruido en el siglo ^XVII durante la invasión de la Rusia zarista y no se renovó hasta el siglo ^XX. El complejo consta del Palacio del Gran Duque, rodeado por una muralla defensiva, y un castillo delantero, separado del palacio por un profundo foso. Algunas de las salas del castillo albergan la exposición del Museo Histórico de Trakai (Trakų istorijos muzeijus). El castillo delantero está dedicado a exposiciones de artesanía (cristalería, marfil, perlas, etc.), objetos importantes como sellos y trofeos de caza, exposiciones temporales, y también alberga tesoros monetarios encontrados en la región. El propio castillo presenta su historia, la del Gran Duque Vytautas, la vida en Trakai y la de sus habitantes, incluidas las minorías tártara y karaíta (se puede saber más sobre sus orígenes y ver sus trajes tradicionales). Se pueden admirar armas y armaduras medievales, muebles... y la "sala del trono" donde Vytautas recibía a sus invitados. Todos los años se celebra un festival medieval en el recinto del castillo, en julio, y el Festival de Artesanía Antigua, a mediados de agosto.

En 2009, en el aniversario del milenio en que se mencionó por primera vez el nombre de Lituania, el Palacio del Gran Duque fue reconstruido al pie de la colina del castillo de Gediminas, tras 7 años de importantes obras. Hoy en día, se pueden descubrir las ruinas de los antiguos emplazamientos, obras de arte y el gran salón, testigo de sucesivos estilos arquitectónicos: gótico, renacentista y barroco. Aquí se celebran regularmente numerosos eventos.

Detrás de la Plaza de la Catedral (justo después de la estatua de Gediminas, el Gran Duque de Lituania en 1316), un camino pavimentado sube por el parque hasta el Monte Gediminas(kalnas), la base original de Vilnius. Conviene saber: también se puede acceder al monte Gediminas en funicular desde el patio interior del Museo de Etnografía e Historia, abierto todos los días de 10 a 17 horas, de abril a octubre todos los días de 10 a 19 horas. En esta colina, Gediminas construyó el castillo superior, mencionado por primera vez en las crónicas en 1323. Hoy en día, una parte del castillo ha sido restaurada y la torre occidental, llamada Torre de Gediminas (Gedimino pilies bokštas), símbolo de Vilnius, es la mejor conservada. Desde lo alto de la torre, donde ondea la bandera de Lituania, se puede contemplar una magnífica panorámica de la ciudad: en el extremo este se encuentra la colina de las Tres Cruces (Trys kryžių kalnas), al sur se extiende el casco antiguo, y al oeste la avenida comercial Gediminas se adentra en los barrios de la ciudad nueva tras la ribera del río Neris, mientras que a lo lejos asoman los nuevos barrios del periodo soviético. Sólo por disfrutar de esta vista de la ciudad, no se arrepentirá de haber llegado hasta aquí En el interior de la Torre de Gediminas, vestigio del Castillo Alto de Vilnius, hay un pequeño museo en el que se exponen armaduras de los siglos XVI al XVIII y maquetas que ilustran el castillo en distintas épocas.

Este bastión son los restos de la "barbacana", un sistema de fortificación con el que se dotó a Vilnius en el siglo XVII. La construcción se inició en 1503, abarcando un perímetro de 2,5 km. El museo contiene una colección de equipos militares, armas y armaduras antiguas. El sitio ofrece una hermosa vista del casco antiguo. Hoy en día, lo único que queda son las leyendas sobre un basilisco que vivía en el bastión y un túnel subterráneo que conecta los castillos de Vilnius y Trakai.

No hay que perderse! Descubrimos la evolución de la bicicleta desde el siglo XIX. Frente a ciertas máquinas, te preguntas cómo puede rodar... ¡Incluso puedes poner a prueba tus habilidades ciclistas en ciertas bicicletas! Este museo existe desde 1980, ya que la ciudad es conocida por su industria ciclista. No hay que perderse: una célerifère -una "máquina de correr"- que el Conde de Sivrac montó en 1792 en París empujando el suelo con los pies.

Este museo dedicado a uno de los estilos más destacados del periodo de entreguerras fue idea de Karolis Banys y Petras Gaidamavičius. Estos jóvenes se enamoraron de este estilo arquitectónico y de este hermoso edificio gris que antaño perteneció a un médico, y restauraron con mimo un piso para devolverle el aspecto que tenía en 1929. Después de visitar el exterior, pasee por el piso, escuche las historias de las habitaciones y sus antiguos habitantes, y disfrute de una copa en el salón mientras se impregna del ambiente de los locos años veinte de Kaunas.

La región de Panevėžys es conocida por su producción de lino. Es, pues, la región de las almazaras. El museo describe el proceso de fabricación del lino en un molino de 125 años. Se recomienda llamar antes de cualquier desplazamiento.

El museo está dedicado a la vida cotidiana de los lituanos desde el siglo XIII hasta la Segunda Guerra Mundial. Las primeras salas están dedicadas a la pintura. Lo más interesante está en la primera planta con la reconstrucción del hábitat tradicional durante las épocas y los trajes de lino. También hay cruces paganas de madera y pinturas religiosas de los siglos XVI y XVII. Cerca del museo hay una estatua de Mindaugas, el primer gran duque de toda Lituania y el primer y único rey lituano. La base de la estatua está rodeada de símbolos del antiguo calendario báltico.

Este es el museo más nuevo de Vilna. En un entorno diseñado por Daniel Libeskind, los científicos Danguolė y Viktoras Butkus exponen las miles de obras de arte moderno y contemporáneo que han coleccionado a lo largo de los años. ¿Qué hace especial al museo? Se trata casi exclusivamente de artistas lituanos de los últimos sesenta años. Las exposiciones cambian dos veces al año, así que puede descubrir otras obras y artistas según el tema. Es una forma estupenda de aprender más sobre el arte lituano contemporáneo. ¿Una gran ventaja? Una planta reservada a los niños.

Este museo dedicado a la tecnología se instaló, lógicamente, en la primera central eléctrica de la ciudad. La enorme caldera de vapor sigue allí y es la pieza central del museo. En el sótano, la Sala de la Transformación y su exposición interactiva invitan sobre todo a los niños y adolescentes a aprender más sobre la electricidad. Cada visitante recibe una tarjeta, la Tarjeta Cuántica, y en cada estación le espera un reto para poner en práctica lo que acaba de aprender. Cuantos más retos ganes, más puntos obtendrás, que podrás canjear en la tienda de regalos.

La Exposición de la Energía te muestra el funcionamiento de la central en todo su esplendor. Puedes pasear por las entrañas de este monstruo, entre una maraña de tuberías. ¿Lo más impresionante? La sala de control recrea el ruido ensordecedor de la electricidad.

La Exposición de la Industria se centra en la industrialización de Vilna y la producción de bienes. La sala Made in Vilnius está especialmente bien hecha, con reproducciones de un piso de los años 70 repleto de electrodomésticos y muebles desarrollados en Vilna. Las dos plantas superiores están totalmente dedicadas a los visitantes más jóvenes, con el objetivo de despertar su interés por la ciencia. Incluso la azotea de la central eléctrica se utiliza para exponer una réplica del Lituanica, un avión pilotado por Steponas Darius y Stasys Girėnas, que intentaron realizar un vuelo transatlántico a Kaunas.