Belgrado durante un fin de semana

Comience el día en la fortaleza de Kalemegdan. Es el lugar representativo de la ciudad: lugar de batallas, de toma de poder, de dominaciones sucesivas. Su situación geográfica, dominando la llanura al noroeste y el encuentro de los ríos Sava y Danubio, es inherente a la historia de la ciudad y, por extensión, de Serbia. Una visita a la fortaleza y a sus diversos lugares, como el Museo del Ejército o la estatua del Vencedor, ocupará fácilmente su mañana, tras la cual hará una pausa para tomar un café o almorzar en la kafana

, una institución de Belgrado con una cálida acogida.

A continuación, pasee por la calle comercial más importante de la ciudad, Knez Mihailova, y mire hacia arriba para admirar la arquitectura de los sucesivos edificios. Pase por Trg Republike (o Plaza de la República), donde se encuentra la estatua ecuestre del príncipe Michael Obrenovic, fundador de la calle comercial de la que procede. Baja hacia Skadarlija, el barrio bohemio -o mejor dicho, la calle bohemia- con un falso aire a Montmartre con el que está hermanado. Busque la kafana a la que regresará esa noche para disfrutar de las tradicionales noches belgradenses de tamburasi y rakia.

Diríjase a Terazije, donde encontrará el Hotel Moskva, con su elegante arquitectura art nouveau. Pase por el edificio del Parlamento, construido en 1936 en estilo neoclásico. Delante del edificio se alzan dos imponentes estatuas de bronce de caballos, obra del famoso escultor Toma Rosandic. Frente al Parlamento están el Stari y el Novi Dvor, los palacios "viejo" y "nuevo" respectivamente. El primero alberga la Asamblea de la Ciudad de Belgrado y la Oficina del Alcalde. Aquí también tuvo lugar el asesinato del rey Alejandro Obrenovic y su esposa Draga en 1903, que llevó al poder a Pedro I de Serbia, de la dinastía Karadjordjevic. Por último, visite la Catedral de San Sava, el mayor edificio ortodoxo de los Balcanes. Puede terminar el día con una comida en una antigua kafana como la de Kalenic.