2024

BARRAGE

Obras de arte para ver

Si dejas el pasaporte en el puesto fronterizo y el coche en el aparcamiento, puedes rodear el gigantesco muro de hormigón que es la presa de Kariba (no hay que pagar entrada, es gratis). Inaugurado el 17 de mayo de 1960 en presencia de la Reina de Inglaterra, su historia se detalla en la entrada, con paneles explicativos sobre las distintas etapas de la construcción de este colosal arco. Tiene 579 metros de ancho y se eleva 128 metros sobre el río Zambeze. Una proeza técnica en aquella época. Su estructura está siendo reforzada desde 2018 y las obras deberían durar hasta 2025, pero el descenso del nivel del agua debido al calentamiento global desde 2016 es preocupante. A su máxima capacidad, por él circulan 9.000m3 de agua por segundo, pero de 2019 a 2022 la escasez de agua ha tendido a reducir su funcionamiento. La mejor vista está en el lado zimbabuense, a unos 2 km del puesto zambiano. Desde allí, el paisaje contrasta, con la inmensidad del lago que se extiende hasta el infinito a un lado y el vertiginoso cañón formado por este colosal depósito de agua al otro. Los vendedores de recuerdos venden aquí estatuillas de Nyaminyami, el dios del río. Para los interesados en la historia de la presa, el hotel Eagles Rest tiene expuestas en su restaurante algunas fotografías de las distintas fases de su construcción, que ponen de relieve la proeza técnica que representó el proyecto en los años cincuenta.

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 Siavonga
2024

BOSQUE FÓSIL DE CHIRUNDU

Artesanía natural

Una señal indica la ubicación de estos enormes troncos de árboles del periodo Karoo, hace unos 150 millones de años. Uno de los muchos encantos de Kariba son los misteriosos bosques de árboles muertos (en su mayoría mopane y caoba) que se alzan cerca de la orilla. Sumergidos bajo varios metros de agua, estos vestigios de la flora ancestral elevan sus ramas por encima del lago y forman un paisaje tan insólito como encantador. Son los supervivientes de la vasta campaña de tala que se llevó a cabo en más de 1.000 km² antes de que se formara el lago. También se salvaron de la crecida de las aguas, que fue demasiado lenta y gradual para provocar su caída, pero durante mucho tiempo fueron motivo de preocupación para los ecologistas de la región. Predijeron que, a largo plazo, los árboles perjudicarían al ecosistema en desarrollo... ¡Pero ocurrió todo lo contrario! En los años 70, las investigaciones establecieron que los árboles sumergidos eran un soporte favorable para el desarrollo de decenas de especies de vertebrados y algas. Una fuente de alimento providencial que contribuye a mantener un nivel muy alto de peces en el lago. Además de su belleza salvaje, los árboles de Kariba representan un verdadero interés ecológico. Hay que añadir que sirven de percha a multitud de aves acuáticas (garcetas, garzas, cormoranes, martines pescadores y águilas pescadoras...) a las que les gusta venir a anidar en sus ramas desnudas.

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 Chirundu