Los mejores restaurantes Oriente

Pequeño restaurante muy popular a pesar de los precios más altos que sus vecinos, muy orientado para la clientela turística, que ofrece algunos platos tradicionales y hamburguesas, bocadillos ... Varias opciones para vegetarianos, ¡numerosas en el pueblo! Por desgracia, la comida es de calidad media, el servicio es muy lento y el personal no es muy amable. Sin embargo, el entorno es muy agradable, con un pequeño y agradable patio y una terraza con vistas a la plaza. También hay un intercambio de libros y por la noche el lugar se convierte en un bar.

Un histórico "museo-restaurante" abierto desde hace más de 130 años y alojado en una casa de estilo chiquitano. El lugar tiene encanto con su decoración de época y sus diversas habitaciones con muebles antiguos. El patio, con un antiguo pozo y un estanque donde retozan las tortugas, es especialmente agradable. Aquí sirven una cocina local honesta, con platos típicos de la región, como el buenísimo majadito de pato o el picante de pollo . Servicio atento y precios muy suaves.

Este restaurante en la plaza principal fue abierto en los últimos años por los propietarios del Latina Café. Principalmente bocadillos, como sándwiches, croque-monsieur o madame, pero también algunos platos y almuerzos. Excelente chocolate casero. Pruebe el sonso (yuca rellena de queso o carne, frita o al horno), una especialidad de Oriente. Mesas en la terraza que da a la plaza, en el pequeño patio y en la sala decorada con antiguos anuncios franceses. Buen café. Bienvenida sonriente, aunque la comida podría mejorar.

Apreciado por los viajeros de bajo presupuesto, por el precio y por la cocina sencilla y buena. También se venden billetes de autobús para Sucre. 

Cocina local. Δ zos no caros.

Ambiente chalé tirolés, menú alemán, pasteles alemanes, esta cafetería-restaurante te hace olvidar que te encuentras en Bolivia, en Oriente.

En el origen de esta auténtica crepería bretona (la decoración es la de Rennes o de Quimper), un belga. Servicio impecable, fondue y crepes (sorpresa, no están totalmente preparados como en casa de nuestros amigos bretones) deliciosos.