Qué ver y hacer Kalkara

Alberga el cañón más grande del mundo De hecho, es uno de los dos cañones de 100 toneladas construidos por el ejército británico; el segundo está en Gibraltar.

Con 10 metros de largo y un calibre de 44 cm, podía lanzar un proyectil de una tonelada a más de 5 km y perforar hasta 50 cm de blindaje. La visita incluye un recorrido por los almacenes donde se guardan estas "municiones" gigantes y una explicación de cómo se carga el cañón.

Con forma de pentágono, el Fuerte Rinella se construyó entre 1878 y 1886 y se desmanteló en 1906. Fue uno de los muchos fuertes construidos en Malta bajo el mandato de la reina Victoria en el siglo ^XIX para reforzar las defensas del país.

Todas las tardes, a las 14.30, una representación histórica revive el cañón y su guarnición victoriana. En el interior del fuerte se ha instalado un museo en el que se pueden ver trajes militares y mobiliario de época.

En la península situada detrás de Kalkara y frente al fuerte Saint-Elme se alza el fuerte Ricasoli, que desempeñó un papel importante durante el Gran Asedio (la gran batalla contra los turcos en 1565).

Fue diseñado por el arquitecto militar Maurizio Valperga, y su construcción fue financiada por el maestro italiano Giovanni Francesco Ricasoli (de ahí el nombre del fuerte). El Gran Maestre N. Cottoner mandó construir en el patio la capilla de San Nicolás. Su altar está decorado por Mattia Preti.

Posteriormente, el fuerte se amplió y reforzó en función de las necesidades de la época.

En el siglo ^XIX, los ingleses construyeron numerosas casamatas, instalaron cañones modernos y barracones para sus soldados. En 1870, el fuerte estaba defendido por 700 hombres y 100 piezas de artillería. También desempeñó un papel importante durante la Segunda Guerra Mundial, siendo objeto de frecuentes ataques alemanes. Las bombas destruyeron la casa de los cañoneros y la puerta barroca.

Después de la guerra, el fuerte se convirtió en cuartel. Hoy se utiliza como terminal petrolífera; de ahí la vista de los vertederos y el olor a fuel. A la derecha, en cambio, se encuentran los fuertes de San Rocco y Rinella, desde los que se divisa el mar.

Más allá de los estudios de cine, en Capuccini, un pequeño distrito a las afueras de Kalkara, hay un cementerio militar donde están enterrados soldados de las dos guerras mundiales. El cementerio está muy bien mantenido y financiado por la Comisión de Tumbas de Guerra de la Commonwealth. La mayoría de los soldados enterrados aquí son británicos o de países de la Commonwealth (indios, neozelandeses, etc.). Pero también verá tumbas francesas (se indican muchos nombres bretones, rango y función del soldado), italianas, alemanas y japonesas. Hay una clara diferencia estética entre las tumbas católicas y las protestantes. En el extremo del cementerio, un pequeño monumento está dedicado al^2º Escuadrón de Su Majestad Imperial de Japón. Hay talladas flores de crisantemo (el emblema imperial), botellas de sake y flores dejadas por las familias de los caídos. A la salida, si firmas en el libro de visitas, verás que el lugar recibe a veces visitas de gente venida de lejos.

Situado en el antiguo Palacio Bighi, este centro abrió sus puertas al público en octubre de 2016, con el objetivo de convertirse en uno de los principales centros científicos interactivos del país y en una importante atracción turística. Esta operación habrá requerido tres años de trabajo y un presupuesto de unos 26 millones de euros, incluidos 14,5 millones de euros del FEDER. En dos plantas y a través de más de 200 exposiciones interactivas, los visitantes pueden descubrir el mundo de la ciencia a través de actividades prácticas o recreativas (teatro, arte, música), para comprender, por ejemplo, el planeta Tierra, el cuerpo humano o la electricidad. Con demostraciones, talleres prácticos o espectáculos.