Los mejores restaurantes Montenegro

Situado al pie de la pista de esquí, ofrece un lugar cálido y acogedor para comer después de un día de senderismo o esquí. En 1971, esta familia de Žabljak abrió la primera estación de esquí de Montenegro. Dos años más tarde, a pie de pista, montaron el primer restaurante de la ciudad, que desde entonces se ha convertido en una institución. Cocina local preparada bajo una campana en la sala central con vistas a la pista. Propone una carta variada con platos de montaña como la cicvara (polenta). En la planta superior, diez habitaciones ofrecen vistas panorámicas a las pistas y a la ciudad.

Considerado como el mejor restaurante de Montenegro, es un lugar que no debe perderse. Propiedad de la familia Ćatović desde hace más de 200 años, este antiguo molino se convirtió en taberna de lujo en 1997. Ideal para comidas veraniegas ya que cuenta con un precioso jardín exterior por donde fluye un arroyo. En el interior, la antigua casa de piedra rezuma el espíritu de tiempos pasados. La cocina es muy variada (80 platos diferentes y 200 tipos de vino). El servicio, vestido a la usanza local, es profesional.

Una pequeña y excelente taberna dálmata de ambiente íntimo regentada por una pareja muy simpática. Originario de Muo, un pueblecito pesquero de las bocas de Kotor, Rino es un experto en pescados y mariscos. Apasionado por la pesca desde su infancia, ahora cocina según las apetitosas recetas tradicionales con precios justos: ensalada de mar, sardinas crudas marinadas, pescado frito, mejillones y almejas. El risotto de marisco es una auténtica delicia. Con su mujer, también dirigen una agencia especializada en actividades al aire libre.

El restaurante más popular del casco antiguo se ha mejorado recientemente con un interior más elegante y una auténtica bodega (cien referencias diferentes). Situado en el emplazamiento de una antigua casa otomana, forma parte del folclore local. Sirve especialidades del día (sarma, gulash) a precios imbatibles. Se viene aquí sobre todo por las especialidades de carne (excepto cerdo) bajo el sač (tajín), por la carne asada igualmente barata y por los postres caseros (baklava, tufahije). La terraza exterior del primer piso es muy agradable.

Esta taberna, situada junto al puente del pueblo, dispone de una agradable terraza bañada por la refrescante brisa estival del lago. Construida enteramente en piedra, es un verdadero pequeño museo con antiguas herramientas, armas y otros objetos auténticos, además de ofrecer excursiones por el lago. El menú incluye delicioso pescado del lago y carne a la parrilla. Se pueden descubrir platos nacionales preparados de forma original (carpas, anguilas, queso local...). En el sótano hay una sala rústica, muy fresca en verano, que ofrece un ambiente más íntimo. Un lugar excelente.

No hay que perderse este restaurante familiar, el más antiguo de Bar. Situado en la calle adoquinada que sube a la antigua puerta de la ciudad, ocupa una casa rústica y una terraza que da a las murallas. Los propietarios, Dino y Aida, preparan una sabrosa cocina tradicional con productos locales en un horno de leña. Todo lo que ve en el plato se produce aquí: ensaladas de la huerta, queso de cabra local, platos de berenjenas, verduras rellenas variadas, cordero asado local, ternera tradicional con cebolla, etc.

Gran restaurante a orillas del lago, moderno y a la última. Podrá disfrutar de un interior bonito, decorado y moderno, pero sobre todo de la impresionante terraza. La cocina que se ofrece en este moderno restaurante es una auténtica delicia: especialidades internacionales y locales como carpa marinada, cordero o ternera a la ispod sača, todo ello servido junto al lago y alrededor de la piscina en un marco incomparable. Ofrece un servicio atento y una amplia zona de aparcamiento. Una excelente parada culinaria junto al lago.

En un ambiente rústico, con vigas a la vista y una gran chimenea, comerá platos típicos de la zona: una amplia selección de embutidos, carnes a la parrilla, quesos y ensaladas variadas. El menú también incluye una amplia gama de pescados de agua dulce y salada. El generoso menú satisfará incluso a los paladares más hambrientos. La carta de vinos ofrece una amplia selección de vinos locales e internacionales. El servicio es impecable. En verano, una gran terraza permite comer al aire libre. Para que conste, Gadafi fue uno de los clientes del restaurante.

A lo largo de la bahía y en la calle principal, no puede perderse el restaurante del hotel Conte. El interior es precioso y la terraza, grande, con unas vistas preciosas directamente sobre la bahía. Cerca de la plaza, con vistas a la iglesia de San Nicolás y a los suntuosos edificios barrocos, ofrece un servicio y una cocina de calidad con una amplia selección de pescados y mariscos con los sabores del Adriático: risotto negro o ñoquis de gambas, así como platos locales. También puede optar por el menú degustación. Dispone de una buena carta de vinos montenegrinos.

Situado en la antigua casa del premio Nobel de Literatura Ivo Andrić (1892-1975), este restaurante es conocido sobre todo por su tranquila y frondosa terraza en medio de un pequeño jardín sombreado. El menú es variado y los precios moderados, aunque la comida es más bien normal. Se puede venir solo a tomar una copa, comer algo rápido o picar después de una visita al Museo Municipal, por ejemplo, que se encuentra justo al lado. El personal es muy amable. Un lugar muy agradable para descansar después de un duro día de trabajo.

A lo largo de una carretera llana, el restaurante Izvor es una excelente opción para degustar auténticos platos locales. Su carta ofrece una selección de platos tradicionales montenegrinos, como platos de carne, sopas y ensaladas. Las raciones son generosas y los precios, asequibles. El restaurante disfruta de un ambiente cálido y acogedor, con una decoración sencilla pero cómoda. Los camareros son amables y serviciales, lo que hace que una comida en el Izvor sea aún más agradable. La calidad de la comida es excelente.

En un entorno de montaña, se trata de un restaurante bastante nuevo en una casa de piedra. Ambiente rústico con fuego de leña, secaderos de jamones y herramientas agrícolas en las paredes. Los quesos y jamones son excelentes, con una muy buena relación calidad-precio. Ofrece platos contundentes, servidos por un personal rápido, eficiente y siempre amable, además de una pequeña tienda con productos locales y pan casero fresco. No dude en llevarse unos sabrosos bocadillos para el camino.

La familia Strugar le da la bienvenida todo el año, pero hay que reservar con un día de antelación debido al tamaño del establecimiento. En un bello entorno, podrá degustar especialidades locales, pescado y un famoso vino local llamado Crmičko. Está muy bien de precio el menú de pescado, que consiste en una bebida de bienvenida más una bebida durante la comida, sopa de pescado y pescado con guarnición. Un lugar encantador y no abarrotado como su vecino, Rijeka Crnojevića. Sin duda, ¡merece la pena visitarlo!

Visita obligada entre los restaurantes de la ciudad, Konoba Feral es un establecimiento familiar famoso por sus especialidades locales. El edificio de piedra en primera línea de mar está situado frente al puerto pesquero, justo al lado de las fortificaciones del Forte Mare, donde ofrece una terraza cubierta de enredaderas y flores, todo ello en un ambiente muy acogedor. Sirve una amplia selección de pescados y mariscos, además de vinos. Se reconoce fácilmente por sus muebles de exterior y sus mesas de madera. La música es suave y el ambiente refinado.

Si busca un auténtico restaurante de Oriente Medio, no busque más: Konoba Bedem, en Stari Bar. Este pintoresco local está especializado en cocina oriental con un enfoque en las almendras. Este fruto se menciona a menudo en el Corán. Se pueden degustar platos tradicionales como el tajín con almendras o el pollo relleno de almendras. Las raciones son generosas y los precios, asequibles. Ofrece una decoración rústica, con paredes de piedra e iluminación tenue para crear un ambiente cálido e íntimo.

Un restaurante de pescado que no hay que perderse. En su terraza junto al mar, Dragan, el talentoso chef que trabajó durante quince años en el Club Méditerranée, ofrece una apetitosa cocina de las bocas de Kotor. Sus contundentes especialidades de la casa incluyen gambas al hidromiel y mejillones a buen precio.
También tiene una galería donde expone sus cuadros, y acaba de publicar un libro en francés sobre las recetas de las bocas de Kotor: Pour votre plaisir, que vende allí mismo. Se recomienda reservar, ya que el local es muy popular.

Busque esta señal en la carretera al este de Perast: «Милош. Устричная Ферма с Рестораном». Es difícil encontrar marisco decente en Montenegro, pero Miloš le dejará encantado.

Junto a la compañía de unos gatos (muy limpios), un equipo encantador le ofrecerá una mesa frente al lago, donde solo las montañas tapan la vista. Acompañe sus mejillones y ostras con una copa de vino blanco seco de la región. Ya tiene su trocito de paraíso en Montenegro. Léxico: ostra sería ustritsa y mejillón sería midiya.

El bistró Taraca es uno de los dos mejores establecimientos de Kotor. Solo hay que cruzar el canal para probar su comida fresca. Hay mucho donde elegir y las bebidas son buenas. Este local de gestión local debería sonarle como un lugar donde la calidad es la prioridad. Desde el desayuno hasta la cena, comerá con vistas al río Scurda y a las montañas, a lo lejos. Para beber, un batido de coco o de jengibre. A los lugareños les va la ayurveda, así que el jengibre siempre es una buena opción.

En pleno centro del casco antiguo de Kotor, es una de las dos grandes direcciones de la ciudad. Diana le da la bienvenida a su restaurante, donde podrá disfrutar de una cocina sencilla y gourmet de estilo bistró. Pruebe el café Raff con lavanda. Por último, deguste un trozo de medovik: es excelente. Desde el desayuno hasta la cena, podrá disfrutar de un capuchino junto a una pared adornada con divinidades al estilo guiñol unidas por hilos. Pida que lo pongan en marcha para poder ver el Arca de Noé durante el diluvio (Potop en serbio).