Los mejores restaurantes vegetarianos Austria

Platos vegetarianos y veganos creativos en un ambiente estudiantil. A un paso de la universidad, los estudiantes aprecian los bajos precios, los amplios horarios de apertura y la mezcla de estilos en un entorno sobrio. El menú mezcla inspiraciones e influencias asiáticas, mediterráneas y austriacas. Sólo hay alimentos ecológicos en el plato y en los bentos. Un gran brunch californiano y una selección de cuencos, cada uno más apetecible que el anterior. Puedes hacer malabares con los ingredientes y hacer tu propio bol. Novedad: salón de té los viernes por la tarde.

Su filosofía: «La vida es demasiado corta para comer un mal döner » Un pequeño restaurante snack muy agradable: una bonita decoración, un estilo de madera/industrial y sobre todo un paraíso para vegetarianos y veganos. Cada plato es más apetecible que el siguiente, con productos ultrafrescos. Sin plásticos. Sólo orgánico. No se pierda la especialidad: un doner con guacamole en chapata. Todas las salsas son caseras. Apetece probar todos los platos. Bueno para tu salud y también para los animales. Un vegano con sabor.

Este bistró, situado en el corazón de la ciudad, combina alegremente las tradiciones austriacas, los sabores italianos y los conocimientos gastronómicos franceses. Especialidades vegetarianas.

Este restaurante vegetariano, ecológico y de inspiración india, situado en una pequeña calle de la peatonal Linzergrasse, se inauguró en 1998. La cocina es sana y sencilla. La elección es suya, con ensaladas y platos a base de dahl, arroz basmati, verduras y especias, acompañados por supuesto de chapatis o naans. Una agradable terracita en la acera. En el interior, una selección de productos biológicos y cosméticos ayurvédicos. Se trata de una dirección para asiduos, con un ambiente acogedor y slow-food.

Este es el bistró del chef vegetariano con estrella Paul Ivic. En un pasillo de moda cerca del MuseumQuartier, bajo el gran techo de cristal o en el comedor, se sirven bonitos platitos que combinan verduras, cereales, especias, finas hierbas y flores, como el inimitable tartar de remolacha y setas, o esta mantequilla salada con aceite de puerros. El menú del jardín sorprende con su vuelo de coloridos y sabrosos platos de temporada. Los postres son igual de buenos Y, francamente, no hay escasez de carne.