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Una cesta gourmet

¿Las especialidades tradicionales que ha degustado en los restaurantes le han dejado con un sabor a poco? Ciertamente, algunos productos locales serán difíciles de traer en sus maletas, pero nada le obliga a saltarse todos los sabores que ha descubierto. En Castilla y León, famosa por sus deliciosos embutidos ibéricos, tendrá la oportunidad de llenarse de jamones, chorizos, morcilla de Burgos y cecina de León. También están los famosos embutidos de Galicia, el lacón gallego, un jamón curado hecho con las paletillas o patas delanteras del cerdo; en Asturias, el chosco de Tineo, un embutido medio cocido, medio crudo y ahumado en frío; y en Cantabria, el chorizo de Potes, picante y ahumado con madera de roble. En cuanto a los quesos, no olvide traer el Tetilla, el tradicional queso gallego de sugerentes formas. Y no hay que olvidar el Cabrales asturiano, madurado en las cuevas de Asturias, y los Quesucos de Liébana, de sabor generalmente más ligero. Y, por supuesto, los buenos quesos requieren buenos vinos. Por lo tanto, debería pensar en traerse de Galicia vinos de las Rías Baixas, tintos o blancos, serán perfectos. O los tintos con carácter de la Ribera del Duero, que encontrará en Castilla y León. En Asturias no se pueden olvidar las botellas de sidra, por su sabor y también por su forma, más rara en Francia. Y en Cantabria, los amantes de los licores guardarán un poco de espacio para una botella de orujo, un brandy producido a partir de orujos de uva. Y para darle más sabor, hay un rinconcito para las guindillas... de Padrón, en Galicia. Deberías presentárselas a tus amigos y familiares, al igual que las anchoas de Santoña, en Cantabria. Si eres goloso, las yemas de Santa Teresa, estos dulces a base de yema de huevo que se encuentran en Ávila, ¡te harán sucumbir a lo dulce! En Cantabria, déjese tentar por el sobao, un dulce típico de la comarca de los Valles Pasiegos.

El encaje de Camariñas, un arte de habilidad

Camariñas, un pequeño pueblo de la Costa de la Muerte en Galicia, es la meca del encaje de bolillos hecho por las palilleras, encajeras de manos ágiles. Aunque el arte del encaje ya estaba presente en Galicia en el siglo XV, alcanzó su máximo esplendor un poco más tarde, entre los siglos XVI y XVIII. Se dice que los combatientes gallegos que fueron a Flandes con el Conde Fernando de Andrade trajeron modelos de encaje que sedujeron a las mujeres gallegas. En aquella época se utilizaban hilos de lino, que se encontraban en abundancia en la región. Hoy en día, esta tradición afortunadamente no se ha perdido y en las calles de esta localidad costera todavía se puede escuchar el armonioso sonido de los bolillos de boj. Se trata de un trabajo verdaderamente técnico, para el que ahora se forman nuevos y jóvenes adeptos en la escuela de hilandería. Para hacer este fino encaje a mano, las artesanas sostienen sobre sus rodillas una bolsa rellena de paja y sujeta por los lados con dos palos, que se llamaalmoada. En ella se fija un patrón en el que se pinchan alfileres con hilo de lino o algodón en cuyo extremo cuelgan los husos. Estos bolillos se balancean de izquierda a derecha para ejecutar el patrón. En Camariñas encontrará desde los diseños más sencillos, como pañuelos, hasta bonitas blusas y adornos de mesa, en las tiendas especializadas. Sin embargo, también se pueden encontrar encajes en las tiendas o mercados de Santiago, por ejemplo.

La cerámica, una especialidad gallega

La ciudad de Oleiros, a 10 km de A Coruña, es un lugar importante en el norte de la provincia. Es la capital de la industria cerámica, que produce las famosas "olas" de forma redonda y color amarillo claro, así como toda una gama de objetos de cocina. El nombre de la ciudad proviene de esta actividad, ya que oleiro significa "cerámica" en el dialecto local. Puede comprarlas directamente a los productores o ir a admirarlas en el Museo que se les dedica en Oleiros. La porcelana de Sargadelos es una institución gallega cuyos orígenes se remontan a 1806 con la creación de una fábrica de loza en Cervo, en la provincia de Lugo. Decorando cafeteras, portavelas o incluso platos, los motivos, a menudo dibujos a pincel, son especialmente minimalistas. Por lo tanto, son adecuados para todos los hogares. La marca también ofrece joyas y llaveros muy bonitos y originales. La parroquia de Buño, en la localidad de Malpica, es uno de los principales centros alfareros tradicionales del noroeste de España, donde este arte se ha transmitido de generación en generación. Puede visitar los diferentes talleres y encontrar piezas originales. Asturias también es famosa por su cerámica negra, que se puede encontrar en Gijón, Cudillero y Llamas del Mouro, entre otras localidades.

Otros objetos notables

Además de las especialidades locales, el encaje y la cerámica, encontrará otras artesanías singulares que merecen ser mencionadas a lo largo de su viaje. En primer lugar, joyas y amuletos de azabache, típicos de la artesanía gallega y asturiana. Esta gema, llamada azabache, es en realidad carbón fosilizado, extraído en Asturias y luego trabajado y pulido en los talleres de Santiago. En la ciudad santa o en Oviedo, verás ejemplos muy bonitos en los escaparates de las joyerías. En la comarca de Taramundi, en Asturias, hay un centro de artesanía donde se puede apreciar el trabajo de todo tipo de artesanos, como tejedores, herreros y cuchilleros. Será una oportunidad para encontrar objetos bonitos y de calidad. En este mismo concepto, también podemos mencionar el centro artesanal de Portillo, en Castilla y León, conocido, entre otras cosas, por su cerámica. En el valle de Saja-Besaya, en Cantabria, y también en los pueblos del Parque Nacional de los Picos de Europa, muchos artesanos siguen trabajando la madera (castaño, avellano y haya) de forma tradicional. Hay hermosos zuecos de madera decorados(abarcas), recipientes de leche (jermosos) y cuencos (cocinas).