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Parques Nacionales

Parque Nacional de los Picos de Europa: a caballo entre Asturias, Cantabria y Castilla y León, alberga los picos más altos de la cordillera Cantábrica. Estas montañas, con sus pintorescos paisajes, también están clasificadas como Reserva del Hombre y la Biosfera por la UNESCO y protegen una notable biodiversidad, entre la que destacan el oso y el lobo ibéricos.

Parque Nacional de las Islas Atlánticas: frente a las costas de Galicia, las Rías Baixas, protege un archipiélago de islas de gran belleza. Accesibles sólo por barco, albergan una biodiversidad terrestre y marina excepcional y numerosas colonias de aves. Cortegada posee un notable bosque de laurisilva.

Parque Natural de Muniellos-Fuentes del Narcea: clasificado como Reserva del Hombre y de la Biosfera por la UNESCO, posee una rica biodiversidad que incluye magníficos y antiguos bosques de robles y hayas.

Las trampas de la silvicultura industrial

La zona se está reforestando, con la plantación de eucaliptos en Galicia. Es importante no confundir los bosques con las plantaciones de árboles. Los bosques son el resultado de un proceso natural y lento y contienen una rica biodiversidad, mientras que las plantaciones son el resultado de la actividad humana, principalmente con fines comerciales, y suelen ser pobres en biodiversidad. Este es el caso de Galicia, donde estamos asistiendo a un aumento de la silvicultura industrial, subvencionada por el gobierno regional. Lo que está en juego es la economía, ya que la madera se destina principalmente a la producción de papel. El problema radica en el aspecto medioambiental y en la elección del eucalipto. Las plantaciones de esta especie exógena tendrían el inconveniente de extraer mucha agua del suelo, de crear "desiertos verdes" y de ser un vector de propagación de las llamas durante los incendios. Estas plantaciones también contribuyen al abandono de la agricultura, ya que parece más rentable plantar eucaliptos que cultivar los campos. Para hacer frente a esta situación, algunos elegidos han puesto en marcha alternativas en su territorio, como la plantación de especies locales adaptadas al entorno.

El territorio frente al cambio climático

El cambio climático ya está teniendo repercusiones en el territorio. Se refleja en la multiplicación y la intensidad de los fenómenos extremos, en particular las tormentas, las inundaciones, pero también las sequías y las olas de calor, y su corolario, los incendios. El aumento de las temperaturas también contribuye al establecimiento de especies portadoras de enfermedades, como los mosquitos. Un informe de la Agencia Estatal de Meteorología publicado en 2019 indica que el 70% de la población española se vería afectada por el cambio climático, en un país donde los científicos también han constatado un aumento de la duración de los veranos, del orden de 9 días en 10 años. En el verano de 2018 y de nuevo en 2022, Galicia sufrió restricciones de agua en Vigo, Lugo y Orense. La sequía también ha afectado a otras ciudades de Castilla y León y Cantabria, donde los alcaldes han tenido que cortar el suministro de agua.

Ante el cambio climático en curso, se están aplicando medidas de mitigación y adaptación. Al igual que ha ocurrido en Francia y otros países europeos, las ONG llevaron al Gobierno español ante los tribunales en 2020 por inacción climática, en particular por la insuficiencia de los objetivos fijados y el retraso en la puesta en marcha de acciones. En 2021 se aprobó una ley sobre cambio climático y transición ecológica. Prevé la eliminación del parque automovilístico de gasóleo y gasolina de aquí a 2040, el abandono del carbón y el desarrollo de las energías renovables. En 2020, el país cerró la mitad de sus centrales térmicas de carbón, la mayoría situadas en Castilla y León y Asturias. Algunos han sido sustituidos en las mismas regiones por parques solares y eólicos. El país también se ha comprometido a dejar de subvencionar los combustibles fósiles y a dejar de explorarlos y explotarlos.

Movilidad suave y vida lenta

Las regiones de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León son accesibles en tren y también pueden recorrerse a pie, al igual que los numerosos peregrinos que cada año realizan a pie o en bicicleta el Camino de Santiago desde lugares lejanos. Otras rutas a pie o en bicicleta también permiten descubrir estas zonas, sus tierras y conocer a la población local, combinando la movilidad activa con estructuras ecoturísticas y alimentos de circuitos cortos y locales. El movimiento Slowfood promueve enfoques de una alimentación "limpia, justa y buena". No dude en reunirse con los miembros de esta red para conciliar el placer del paladar con el respeto a los vivos. También se invitará a los viajeros a reducir su consumo de agua y energía, así como sus residuos, mediante acciones para reducirlos en origen (para un planteamiento de residuo cero: www.zerowastefrance.org). Todos podemos tomar medidas, tanto en nuestros viajes como en nuestra vida cotidiana, para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Para medir tu huella de carbono y saber qué puedes hacer, haz la prueba con el simulador de ADEME: https: //nosgestesclimat.fr/simulateur/bilan.

Pontevedra o la exitosa experiencia de una ciudad sin coches

Esta ciudad gallega de más de 80.000 habitantes prohíbe los coches en el centro de la ciudad desde 2001. Esta iniciativa nació de la voluntad del alcalde, que aplicó una política de transportes basada en el desarrollo de la movilidad activa, con inversiones en accesibilidad, aparcamientos disuasorios y herramientas como un plan "metrominuto" que indica los tiempos de desplazamiento a pie. Además, la prohibición de construir locales comerciales en las afueras de la ciudad es un factor que favorece la vida y los comercios en el centro. Este planteamiento ha sido un éxito, con un 70% de desplazamientos a pie, una calidad de vida restablecida, menos ruido, menos contaminación atmosférica y un 67% menos de emisiones de gases de efecto invernadero.