Gorges de Kakuetta dans la Soule © eneko azpiroz turnes - Shutterstock.com.jpg
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Una tierra de contrastes entre sus tres provincias con relieves muy diferenciados

Situada en la zona templada del planeta, goza de una situación climática privilegiada donde la mezcla de influencias oceánicas aportadas por el Atlántico y sus montañas boscosas hacen de Euskadi un refugio de magníficos paisajes y prolíficas culturas. Una fina pluviosidad salpica toda la zona, haciéndola aún más fértil, desde la costa cantábrica hasta la desembocadura del río Adour y el interior. Durante su estancia, no tendrá ocasión ni derecho a aburrirse visitando el País Vasco. Está lleno de lugares pintorescos y encantadores para descubrir en todas las estaciones. Las tres provincias tienen cada una su especificidad, ¡como tres países muy diferentes!

Labourd, con una superficie de 875 km², es la parte más visitada con su majestuosa "Côte d'Or", sus largas playas arenosas y rectilíneas, prolongación de la costa de las Landas hasta el faro de Biarritz. A continuación, hasta Bilbao, se extiende un litoral más accidentado y rocoso, con calas protegidas y acantilados de 50 m de altura. El litoral se extiende a lo largo de 30 km e incluye las ciudades costeras de Biarritz, Anglet Saint-Jean-de-Luz, Hendaya y la capital del País Vasco, Bayona, por citar las principales... Más hacia el interior, se encuentran las localidades de Espelette, Cambo-les-Bains, Itxassou, Saint-Pée-sur-Nivelle, Sare, Ascain o Ustaritz y Hasparren.

LaBaja Navarra cuenta con una superficie de 1.345 km² y su capital, Saint-Jean-Pied-de-Port, es bien conocida por los peregrinos de todo el mundo. Es el más extenso de los tres territorios, con una zona de colinas al norte y otra más montañosa al sur. En esta parte se encuentran las cuevas de Isturitz-Oxocelhaya, los bosques de Aldudes e Iraty. Anexa durante mucho tiempo a Navarra, la Baja Navarra es hoy una provincia autónoma dentro del País Vasco francés.

Por último, Soule tiene una superficie de 845 km² y sus principales ciudades son Mauléon-Licharre, su capital, Chéraute y Barcus.. Llamado el "jardín secreto del País Vasco", por estar alejado del turismo industrial, es posible admirar espléndidos y auténticos paisajes salvajes como las gargantas de Kakuetta y los picos que culminan a más de 2.000 m y descienden a 500 m hacia el Gave d'Oloron y la estación de Iraty, muy frecuentada todo el año, para practicar raquetas de nieve en invierno y senderismo... Mauléon, centro económico, es también la capital de la alpargata.

El paisaje geológico del País Vasco

El País Vasco ofrece una riqueza natural que permite retroceder en el tiempo varios millones de años. El litoral es una zona de transición entre los Pirineos y el Golfo de Vizcaya. Es el final del sistema dunar de las Landas y continúa hacia el sur con abruptos acantilados. Los intensos movimientos de la corteza terrestre han comprimido las rocas, levantándolas, dando así origen a los Pirineos. Se formó todo un universo subterráneo que permitió la formación de cuevas y otras cavidades, que hoy hacen las delicias de los espeleólogos.

Espeleología: los principales lugares

No faltan sitios en el País Vasco francés. Son más o menos accesibles para el ciudadano de a pie... La cueva de La Verna, en Sainte-Engrâce, posee la mayor cámara subterránea de Europa (250 m de diámetro y 190 m de altura) y puede visitarla toda la familia. Las dos cuevas de Isturitz y Oxocelhaya, en Basse-Navarre, y las cuevas de Sare, en el corazón de un espacio natural, son también patrimonios imprescindibles. La espeleología sigue siendo una actividad insólita para experimentar durante las vacaciones.

Paisaje y espacio

La situación geográfica, su clima y sus gentes han creado durante miles de años infinidad de paisajes, desde los más apacibles a los más espectaculares, desde la pradera a la cumbre rocosa, pasando por el litoral y sus dunas, acantilados y calas. Pero algunos de estos paisajes se están debilitando por la intensificación de la actividad humana y la urbanización, sobre todo en las ciudades portuarias y de gran interés turístico. Frente a estas amenazas, además de la ley del litoral, se han desarrollado numerosas iniciativas locales y asociativas para garantizar un mayor respeto y protección de este entorno natural esencial.

Alivio y vías fluviales

El relieve del País Vasco, entre mar y montaña, colinas, llanuras y mar, ofrece a senderistas y ciclistas la oportunidad de practicar estas actividades deportivas a todas las edades y niveles. Se trata de verdaderos terrenos de juego con recorridos que distan mucho de ser monótonos. Gracias a las numerosas capas freáticas, los manantiales subterráneos y un alto nivel de pluviosidad, la zona se beneficia de una red de numerosos cursos de agua. Como resultado, la calidad de vida y la economía local benefician a los habitantes y al excepcional paisaje. El crecimiento del turismo ha propiciado el desarrollo de numerosas actividades de interior, como el rafting y el piragüismo en el Nive, desde Saint-Jean-Pied-de-Port hasta Itxassou, y la pesca a remo y fluvial en el Nivelle.

La agricultura, una riqueza infinita

La agricultura es una actividad perfectamente adaptada a las condiciones climáticas y al relieve de sus tres provincias, con las partes altas de las montañas dedicadas generalmente al pastoreo con un mosaico de ambientes favorables a la biodiversidad. Las llanuras situadas a orillas de los ríos Adour y Nive se mantienen gracias a una agricultura más mecanizada y se dedican a cultivos y numerosos huertos. La agricultura es una actividad económica importante en el País Vasco, con casi 4.500 explotaciones y más de 8.500 trabajadores. Es muy dinámica, con una de las tasas de instalación más altas de Francia y una voluntad de favorecer la agricultura de calidad (AOP, AOC, etiquetas). Ejemplos de ello son los salazones, la guindilla y el queso de oveja, premiado regularmente en concursos internacionales. También es la agricultura del océano favorecida por corrientes marinas beneficiosas que traen numerosas variedades de peces. Aquí se pescan principalmente anchoas, atún y merluza. Cada año se desembarcan y venden en la lonja de San Juan de Luz/Ciboure unas 10.000 toneladas de pescado de un centenar de especies diferentes. Clasificado como uno de los mayores puertos pesqueros de Francia, este puerto es un hito en la historia de la pesca vasca.