Las mejores casas rurales Marruecos

Situado en el pueblo de Talsanant, a unos 1800 metros de altitud, el Gite Imarin ofrece un magnífico entorno en el corazón del Alto Atlas Central, en el valle de Aït Bouguemez. Esta casa tradicional, construida respetando la arquitectura local, ofrece cómodas habitaciones con excepcionales vistas sobre el valle. La casa rural también cuenta con un restaurante donde los huéspedes pueden degustar platos locales. La casa rural Imarin también ofrece diversas actividades, como senderismo y excursiones por las montañas del Atlas y el desierto marroquí. Los programas están disponibles todo el año, con itinerarios adaptados a las distintas estaciones. También se organizan excursiones de un día desde Marrakech para descubrir lugares como las cascadas de Ouzoud, el valle de Ourika o la ciudad de Essaouira.

El albergue cuenta con siete habitaciones tradicionales bereberes, cada una con baño privado y ducha, desde habitaciones individuales a familiares, y un dormitorio con 6 camas. El albergue es apreciado por su tranquilidad y su vista panorámica del río. La cocina consiste en especialidades deliciosamente elaboradas. ¿Qué hacer in situ? Excursiones, paseos y cursos de cocina o iniciación a la alfarería son algunas de las actividades. Una estancia enriquecedora y acogedora, fuera de tiempo.

Gracias a su sitio web de fácil uso, los visitantes pueden reservar fácilmente su estancia en línea.

Uno de los pocos establecimientos de Imouzzer Kandar, situado a 12 kilómetros del lago Daït Aoua. Las habitaciones son sencillas y no tienen mucho encanto, pero son funcionales. El exterior, en cambio, con su bonito jardín y su piscina es más que agradable. Un establecimiento práctico para los amantes del senderismo.

Un lugar tranquilo y agradable para relajarse en plena montaña, entre Ifrane y Azrou. La casa rural, que debe su nombre a un sanatorio abandonado a la entrada del pueblo, ofrece un entorno rústico y auténtico, construido enteramente en piedra y madera. Las 5 habitaciones, incluidas dos magníficas suites, son una armoniosa mezcla de lo tradicional y lo moderno. Aquí se sentirá como en casa, en un pequeño y acogedor capullo. Las noches de invierno son cálidas y acogedoras junto al fuego, mientras que en verano la bonita piscina invita a refrescarse. Personal amable. Deliciosa cocina casera.