RE GLISSE
leer másLa isla de Ré ya es de por sí un destino turístico. Pero para vivir aún más emociones, ¡diríjase al bar Ré Glisse! El lugar es especialmente agradable: la larga playa de Rivedoux. Es una gran oportunidad para reunirse con los amigos cerca de la cabaña de madera, en cómodos asientos, para almorzar con los pies en la arena: croque-monsieur, pastel del día, ensalada, bagel... en un ambiente agradable. Por la tarde, puede participar en una actividad acuática, como jet-ski o paddle-board, y volver por la noche para tomar un aperitivo.
LE CERVANE
leer másEste bar-restaurante tiene una ubicación privilegiada, un poco alejada del bullicio del puerto, en el islote. La oportunidad perfecta para sentarse en una gran terraza y descubrir las especialidades vascas y españolas. Tapas frías o calientes (filetes de anchoa marinados, esguines fritos) al gusto. Con los amigos, puedes pedir un plato o una fuente y descubrir más de esta cocina ibérica. El restaurante también propone degustar más productos locales, mariscos cocinados a la plancha, ostras de Ré y mejillones
Z'ADORE
leer másMerece la pena visitar este salón de té Tranquilamente situado en el centro del pueblo, cuenta con una bonita terraza y una acogida encantadora. Con el paso de los años, este lugar elegante y discreto se ha convertido en uno de los favoritos de los gourmets. La gente viene aquí por la mañana, en bicicleta, para sentarse en la terraza y devorar un desayuno de calidad: tarta del día, bebida caliente, yogur casero, zumo de frutas y fruta fresca del mercado. No hay duda de que estarás lleno y listo para salir a pedalear A la hora de comer, podrás disfrutar de una tarta salada con un poco de verdura. Pero es a la hora de la merienda cuando los más golosos encuentran siempre un buen motivo para detenerse aquí Con un capuchino, un té helado o un limoncito, puedes disfrutar de una galleta, un macarrón a la antigua o una tarta dulce... ¡En Z'adore incluso hacen pasteles sin gluten! Una gran idea.
LE 1721 BAR
leer másEl bar y el salón forman un vínculo entre el amplio patio adoquinado del hotel y el jardín, un magnífico enclave de verdor y flores, que ofrece a los huéspedes la magia de los momentos suspendidos. El menú a la carta incluye prestigiosos vinos, champanes y licores, así como cócteles creados por un barman al que le encanta compartir sus descubrimientos. El Bar está abierto a todos. Otro momento, otro placer: algunos domingos, se sirve un brunch para los que se levantan tarde. Un generoso interludio para saborear en la larga mesa de huéspedes o en la soleada terraza llena de flores.