LE CERCLE
Entramos en El Círculo por un día de otoño lluvioso y desde el callejón que conduce a la casa burguesa, nos encontramos bajo este dulce aroma de lavanda que flota en el aire y despierta el recuerdo de las noches estivales. El arte contemporáneo tiene lugar aquí. Los amplios ventanales revelan la terraza exterior y el salón de jardín colorido perfecto para los días de verano. En la mesa, la exaltación de los sentidos continúa. El servicio de este restaurante gastronómico es atento y sonriente. El ballet de los platos (foie gras con manzana de la esquina, con fines viruto de risotto y zumos en vinagre de pasión; bacalao y gambas grises, pulpa de dátiles y avellanas, y kimchi de apio; cordero del bourbonnais en dos formas asadas al parto y en Pojarski, habas en zumo, cuajada de oveja con hierbas y manzana al cumin), no deja de sorprendernos, hasta los postres, como el matrimonio de la lente verde del Berry y del chocolate (en ganso, salsa y sorbete), decorado con un toque de clavo y de whisky, o la sublimación de la manzana de San Martín en un zumo cubierto con pimienta de Tasmania y teja de sésamo, en berlinés revestidos de compota en estragón, caramelo de morillas. Los dos chefs Pascal Chaupitre y Christophe Lot proponen también el miércoles (véase el calendario en su sitio web) cursos de cocina, así como cursos de enología. Este círculo, que no quiere ser elitista, está abierto a todos los gourmets.
Pour ceux qui ne connaissent pas, le menu du midi est abordable, et permet une première approche de la cuisine du Cercle sans se ruiner!