La isla de Arz es una de las mayores islas habitadas del golfo. Es una isla de marineros, como explica su museo dedicado a la vida marítima. Salvaje y preservada, es también una isla en la que se vive bien, gracias a un clima suave y a paisajes verdes. Se presta maravillosamente a una estancia intemporal, en la que dejas que los deseos de la naturaleza guíen tus días. Puedes hacer senderismo, holgazanear, practicar deportes acuáticos... Podrá degustar los productos ecológicos de los agricultores y artesanos locales, y disfrutar de la convivencia del entorno. Antiguo punto de referencia para los navegantes de larga distancia, se ha convertido en uno de los destinos más populares de Bretaña. Su lema, "Arzao Hag Arzam", que se traduce como "Levántate y aguanta", refleja el carácter de los isleños que, hasta principios del siglo XX, eran una comunidad de patrones de costa y navegantes de larga distancia con un fuerte carácter. Desembarque y tome la carretera principal hacia el pueblo en las alturas de la isla. Luego, por los puntos de Billehervé, Ménézig, Leos, Brouel o Berno, descubrirá las bellezas naturales. Queda un patrimonio muy rico y antiguo: la iglesia del siglo XI, clasificada como monumento histórico, el priorato contiguo al edificio del siglo XVII, las casas solariegas de Kernoël, el molino de Béluré, el molino de mareas de Berno. En el pueblo de Péréno, descubrirá una granja del siglo XVI junto a una casa neoitaliana de entreguerras. Los restos neolíticos de los yacimientos de Pen Raz, Gréavo o Brouel están cerca de los tres dólmenes de la punta de Leos descubiertos en 1884.

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Maisons de l'île d'Arz. DX - FOTOLIA

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