Guía de viaje Bad Kissingen

Bad Kissingen es uno de esos balnearios que han vivido tiempos mejores. Desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX, Bad Kissingen experimentó un desarrollo fenomenal en torno al balneario y las prácticas de salud asociadas a las aguas minerales: la ciudad se modernizó, se integró en la red ferroviaria y atrajo a una clientela internacional adinerada. Durante la Belle Époque, fue lugar de encuentro de los soberanos de Baviera, así como de los zares de Rusia y los emperadores de Austria. Sissi, Luis II y Bismarck fueron algunos de los famosos visitantes del balneario de Bad Kissingen. El canciller Bismarck vino aquí cada año durante quince años y, en 1874, sobrevivió a un intento de asesinato en plena calle. Hoy, aquellos días de prosperidad han pasado, y la ciudad ha caído en una especie de letargo del que le cuesta salir del todo. Muchos comercios están vacíos y algunos de los principales hoteles han tenido que cerrar sus puertas. Sin embargo, Bad Kissingen conserva una silueta elegante y refinada y su principal recurso -el agua mineral- sigue presente, con varias fuentes en la ciudad accesibles a los viandantes. En 2021, la UNESCO ha añadido Bad Kissingen -junto con otras ciudades como Karlsbad, Vichy y Wiesbaden- a la lista de "Grandes Ciudades del Agua de Europa". Es de esperar que este reconocimiento ayude a la ciudad a recuperar su antiguo prestigio. También en 2021, Bad Kissingen acogerá el rodaje de una serie sobre Sissi encargada por Netflix. ¿Tal vez una señal de la renovada popularidad de esta pequeña ciudad balneario?