Los mejores restaurantes Sant Celoni

Una cocina de fusión inventiva y sabrosa le espera en este gastro-bar situado en la calle principal. Decoración vintage. Hermosas presentaciones. Comerás tapas y platos de pescado o carne. En la carta, una buena hamburguesa, steak tartar al whisky, yakitori de atún con salsa satay y verduras al wok, tacos de Pulled Beef con cebolla crujiente, croquetas de degustación, carpaccio de pies de cerdo con queso de oveja...

A la salida del pueblo, hacia el norte, un restaurante literalmente plantado al pie de las montañas. Muy tranquilo, con vistas al Montseny. Antigua masía de piedra con chimenea para calentarse en invierno y una bonita terraza para disfrutar de las suaves tardes de verano. Detrás de los fogones se prepara una buena cocina de temporada, tradicional, pero con un toque personal. Por descubrir

Una mesa tradicional que no debe perderse. En el barrio de La Batllòria, a 5 km al este de Sant Celoni. El lugar es conocido por su excelente "desayuno con tenedor" que se disfruta en un entorno rústico para una experiencia típicamente catalana. Los callos son una de las especialidades de la casa, pero también puedes probar el cordero estofado con salsa alioli, una auténtica delicia.

El propietario y sumiller, Xavi Martínez, abrió las puertas de esta refinada mesa en el centro de Sant Celoni. El restaurante tiene su propia bodega. Aquí podrá disfrutar de una fina y creativa cocina mediterránea basada en productos frescos y seleccionados. Los platos están elegantemente dispuestos en las bandejas. Se come sobre manteles blancos en una sala amplia y alicatada. Una dirección que merece una visita.

Un proyecto de cooperativa gastronómica autogestionada está detrás de La Clau, un espacio comprometido que alberga un restaurante que ofrece tapas, bocadillos, ensaladas, carnes y pescados. Platos vegetarianos. Ambiente muy agradable. Un local agradable. Buena relación calidad-precio en general. Se organizan regularmente conciertos y otros actos culturales.

Cocina creativa de temporada para degustar en una sala cálida y duradera, iluminada por bombillas suspendidas. Muy buena carne ecológica y una carta de vinos especialmente interesante, con vinos ecológicos (¡déjese aconsejar!). Pequeña bodega en el lugar. Servicio atento. Buena relación calidad-precio.