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El hotel está totalmente orientado a la naturaleza. Las 37 villas ofrecen un confort sencillo pero absolutamente encantador, digno de los primeros hoteles de las Maldivas. El personal le ofrecerá plantar un árbol o plantas, le enseñará todo sobre el blanqueamiento del coral y cómo revivirlo. Se han instalado plataformas de observación en la selva de la isla y a lo largo de la playa. El tiempo pasa tranquilamente en Dhoores y la desconexión es total. Nada de deportes acuáticos ruidosos, nada de desenfreno, sino paz absoluta.