Relativamente aislado, se encuentra a 100 km de Puebla, en la carretera a Xalapa; su visita constituye un agradable descanso en el camino a Cuetzalan. Descrita en el siglo XIX por Henri de Saussure, es una zona arqueológica que probablemente debe su nombre actual a un malentendido de la fonética autóctona, como ha ocurrido a menudo desde la Conquista española: los habitantes de la región la llamaban Caltonac (la casa del sol en náhuatl). Se trata nada más y nada menos que de la mayor ciudad prehispánica de Mesoamérica, que fue ampliamente saqueada antes de ser rehabilitada para ser visitada.Poco se sabe de esta inmensa metrópoli, salvo que se desarrolló entre el 600 y el 1000 d.C. bajo el impulso de los grupos olmeca-xicalanca, y que pudo participar en el declive de Teotihuacán al convertirse en una ciudad fortificada que controlaba el comercio entre las tierras altas del Valle de México y el Golfo de México. También era un centro de procesamiento de la obsidiana extraída de las montañas circundantes. Luego, a principios del segundo milenio, los cambios climáticos parecen afectar a la región, la desaparición de los ríos que alimentaban esta zona, entonces fértil, provoca su declive y luego su desaparición en el siglo XIII. Hoy en día está situada en un altiplano con un clima fresco y seco, bordeado por dos cordilleras volcánicas que se imponen al norte y al este.

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